Guadalajara: Incondicional ayuda

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Opiniones, análisis y puntos de vista de los principales columnistas deportivos de RÉCORD. Entérate de lo que piensan los expertos del futbol mexicano y más.

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Opiniones, análisis y puntos de vista de los principales columnistas deportivos de RÉCORD. Entérate de lo que piensan los expertos del futbol mexicano y más.

Durante más de un año tanto Rodrigo Macías, mi socio en Caskarita, y Christian Martinoli, teníamos en mente generar una conferencia para intentar que la gente se animara a pagar un boleto e ir a vernos.

A mi nalgón y a mi nos han contratado varias empresas para ir a dar nuestra ponencia, por ello surgió la loca idea de hacerla pública, con el enorme riesgo que conlleva que alguien decida invertir sus pesos para escuchar la sarta de tonterías que somos capaces de esgrimir.

Por diversas circunstancias, desidia entre ellas, y porque Christian se fue a vivir un año a Houston, el proyecto se estancó, y fue hasta hace pocos meses que decidimos aventurarnos y aventarnos al mar para ver si éramos capaces de nadar o nos hundíamos como piedras.

Nuestra primera parada fue Guadalajara, plaza que cerramos varios meses atrás; comenzamos con el armado de la misma, los temas, las imágenes, los videos, las anécdotas, qué y cómo contarlo.

El reto era enarbolar un cuento que fluyera basada en nuestras profesiones individuales, él periodista, yo futbolista, y como en cierto momento nos cruzamos, en primera instancia cuando Martinoli hacía coberturas sobre futbol estando yo inmerso, y posteriormente cuando nos topamos en TV Azteca.

Encontramos el nombre que nos pareció adecuado a lo que somos, unos farsantes con cierta nombradía, que nos reímos de ella, y sobre todo, nos reímos de nosotros mismos.

Estábamos listos, o así lo creíamos, y de pronto se vino el devastador sismo que nos sacudió las entrañas, y como millones de mexicanos desde nuestra trinchera, ínfima si se quiere, decidimos que todo lo recaudado en la presentación sería donado vía Movimiento Azteca 100; esto porque se duplica la cantidad, a los damnificados en la reconstrucción de sus hogares.

Naturalmente esta situación incrementó la tensión de la puesta en escena, deseábamos que el teatro se abarrotara para hacer una donación significativa.

Más allá de la natural presión que nos representaba poner en pie un producto digno para que la gente no se sintiera decepcionada por perder su tiempo y dinero, era la imperiosa necesidad de que muchos asistieran.

Y llegó el día, un día raro, no es nada común que alguien se presente en lunes en el teatro, dormimos el domingo en Guadalajara con cierta ansiedad por lo que se vendría.

En el transcurso del lunes fuimos y venimos al teatro una tercia de veces debido a que la pantalla que usaríamos para la conferencia no llegaba ni estaba lista, no podíamos ensayar, en lo particular estaba inquieto, soy bastante estructurado, necesito que las cosas estén en su sitio con antelación.

También cada dos o tres minutos pedíamos la relación de boletos vendidos hasta el momento, no nos importaba el posible desprecio del público, lo que nos jodía era no conseguir dinero suficiente para los afectados.

Nuestra última parada en el teatro fue a eso de las 7 de la tarde, el jefe del tinglado Rodrigo estaba rebasado y tenso, incluso Christian me señaló enfáticamente que lo dejara respirar, cosa que hice.

Cabe señalar que Rodrigo y Caskarita cuentan con una fantástica y severa operadora, Pau Vázquez, una fiera en la organización y gestión de situaciones laborales y no laborales.

Minutos antes de abrir las puertas del teatro estábamos tras bambalinas, y todo el equipo operador traía puestas una playeras negras que por delante decían ‘Farsantes con Gloria’, y por detrás se leía ‘Farsantes Crew’.

Para liberar la palpable tirantez que todos emanábamos, en broma señalé que me sentía muy orgulloso de verlos vestidos así, que me sentía Bono de U2 al observar a nuestro staff uniformado, múltiples carcajadas retumbaron el recinto.

Faltaban escasos minutos, Christian y yo nos fuimos a distintos lados del escenario, yo concluí mi habitual rutina que es la de repasar mentalmente el hilo conductor de la ponencia, me persigné y me sentí listo.

Dieron la primera, segunda y tercera llamada, y la sensación de escuchar detrás del telón entrar a la gente a sus butacas fue a la vez sumamente seductora y amenazante, era la primera ocasión que le daba importancia a este normal hecho.

Salimos y dimos nuestra conferencia con mucho entusiasmo, incluso más del normal, no puedo hablar por Christian, pero yo me sentía con mucha responsabilidad de hacerlo perfecto, sin fallar, tanto que me faltó apreciar más el momento.

Al final nos fue muy bien, sobre todo porque tuvimos una gran respuesta de la gente en cuanto a cantidad, cosa que significaba que ayudaremos de buena manera, eso era lo medular, y también en cuanto a la actitud, los asistentes estuvieron muy receptivos de las variadas incoherencias que escupimos.

Ya se los dije, pero lo vuelvo a hacer por esta vía, para mi es un orgullo trabajar contigo Rodrigo, y contigo Christian, hombres frontales, a carta cabal, serios, responsables, generosos con el país y su gente, que no temen emprender extrañas odiseas, y que me hacen mejor persona y trabajador.

La idea de este texto no es, ni fue vanagloriar nuestra conferencia, eso es insignificante, la idea fue vanagloriar y agradecer a la gente de Guadalajara, de Jalisco, y zonas circunvecinas que fueron, pagaron un boleto y ayudaron a paliar un poco el brutal sufrimiento reinante.

Estoy escribiendo esta columna en el avión rumbo a Veracruz, por la noche tenemos la transmisión, la pelota vuelve a rodar, y aunque el futbol es un salubre conductor y natural sanador de emociones, hoy no importa para dónde bote la pelota, hoy nos circunda y asfixia mucho dolor.

Mi mente y alma están puestas en transmitir el partido con sensibilidad y sobriedad, entendiendo que nuestra nación pena. Seguirán los días largos, el camino sinuoso y la ardua reconstrucción, y todos estamos obligados a sumarnos a ella desde el sitio que queramos y como podamos.