Arranca el torneo y junto con él un año fundamental para América. La presión será mayúscula, el pasado no le beneficia y de cara al futuro, sólo un título parece salvaría a Ambriz.
Inicia de local enfrentando a un incómodo rival que seguramente viene con la encomienda de no perder.
Es difícil prever qué planteamiento utilizará Nacho; recordemos que su 4-4-2 convertido, por las características de sus jugadores, en un 4-2-4 cambió al final del Apertura.
¿Jugará con dos nueves o apostará por un media punta y un solo centro delantero? Muñoz indiscutible, línea de cuatro con Zamudio, Pimentel, Aguilar y Ventura. Está claro que sin Paul la proyección ofensiva de los laterales sólo se dará con el paraguayo.
La mitad de la cancha, zona donde a mi entender América debió reforzarse, tiene como única opción a Guerrero. La lesión de Güémez, quien perdió el puesto a manos del Chepe, debilita al plantel en esa medular zona del campo. Alternará con Oswaldo Martínez, aunque ahora Ambriz encuentra en William, uno de sus tres refuerzos, la competencia. Por fuera uno será Arroyo y el otro habrá que esperar. Lozano, otro refuerzo y Andrade las opciones. Si juega con dos nueves, Peralta y Benedetto indiscutibles, si lo hace con un media punta, Quintero será titular.
Presión alta, amplitud, profundidad, vértigo, desequilibrio y vasta frecuencia de llegada deberán seguir siendo las características de las Águilas. Complicado analizar lo que hoy pueda pasar en el Azteca, un renovado Puebla seguirá apelando a la máxima intensidad, a la solidaridad colectiva y a la pegada de sus atacante; sin olvidar que perdió a su mejor goleador.
América deberá imponerse en los duelos individuales que los planteamiento de Ambriz y Marini provocarán por fuera. Puebla buscará escalonarse tratando de evitar el mano a mano que los locales intentarán tener con frecuencia. Partido en el cual la forma cómo aborden el compromiso nos mostrará los objetivos de uno y otro: La franja, la permanencia. El América, no hay más, el título.




