El regular torneo de La Máquina y el decepcionante andar de Tigres les permite, por el benévolo sistema de competencia, llegar con vida a esta última fecha.
La buena para Boy es la mala para Ferretti. Los azules dependen de sí mismos, son locales y aun empatando, esperando que Pumas no gane, pueden soñar con Liguilla.
El visitante también depende de sí mismo, lo complicado para ellos y que seguro preocupa a la mejor afición del país, es que su equipo no anda bien, y le cuesta mucho, siendo visitante, el intentar ser protagonista de un juego.
En plantel encuentro superioridad felina, magnificándose ésta con las inciertas decisiones de Tomás.
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