En el mundo del futbol cuando se encadena una dinámica negativa todo se amontona. Igual que si es al revés, todo brilla. El Madrid perdió por 0-4 el Clásico, se metió a seis puntos del FC Barcelona en la Liga, le salieron los líos con Ronaldo y con Benzema y ahora será expulsado de la Copa por alineación indebida. Las malas noticias nunca vienen solas. Ni las buenas.
El Barça tenía un problema con los dos jugadores jóvenes que Luis Enrique había pasado al primer equipo y les había dado minutos: Munir y Sandro. El miércoles en el partido de Copa ante el Villanovense en el Camp Nou se destaparon. Sandro marcó tres goles y Munir, dos, ante un Segunda B, pero al menos dejaron claro que son los dos mejores jugadores del filial. Al Barça todo le va de cara y al Madrid, no. Es posible que sea temporal, pero es la realidad.
La pifia
Cheryshev no podía jugar al haber acumulado amonestaciones con el Villarreal en las semifinales de la Copa del Rey del pasado año. Según el reglamento de la Federación Española, la alineación indebida implica que el club que la realiza quede fuera de la Copa automáticamente. El Madrid alegó desconocimiento. Emilio Butragueño dijo que ni la Federación ni el Villarreal les había avisado, pero la sanción consta en una comunicación pública de los acuerdos del juez de competición, fechada el 6 de marzo de 2015. La Federación lo comunicó por la vía que lo ha hecho siempre. Además, el organismo federativo mandó a todos los clubes una circular con la notificación de las más de 200 sanciones para la siguiente temporada, vía fax, el pasado 27 de julio. Cuesta entender que en el Real Madrid pueda pasar eso. La responsabilidad es claramente del delegado del equipo, Chendo, más que del entrenador, que no ha de estar pendiente de la situación de los jugadores en este apartado. Al técnico han de avisarle y notificarle los futbolistas con los que puede o no contar. Resulta impensable que suceda ese error en un club de elite tan profesionalizado.
El coste
El Madrid sufrirá con la pifia un coste no solo económico sino también de imagen muy fuerte. Los clubes cada vez van cerrando más sus estructuras para que la prensa no llegue a entrar y a conocer nada, pero en este caso han sido incapaces de conocer primero y comunicar después que había un jugador de su plantilla pendiente de una sanción.
El Cádiz, club amigo del Real, sintió mucho llevar a cabo la reclamación, pero estaba en su derecho jurídico y moral con sus aficionados. Un sector del público del estadio empezó a cantar “Cheryshev, te quiero”, al enterarse y “Benítez mira el twitter”. La afición cadista es una de las más simpáticas (y a veces crueles) con su cánticos, acostumbrados a las tradicionales ‘chirigotas’, cánticos humorísticos que proliferan en Carnaval. Quedar eliminado de la Copa del Rey en esta eliminatoria es muy grave, independientemente de que haya aficionados que pagaran el ‘Euroabono’ que incluía encuentros de la Copa que no podrán ver.
La comparación
Es inevitable hoy realizar una comparación entre Real Madrid y Barça en estos momentos. El Madrid es un club en el que hay un sector de la afición que silba a los jugadores y a Benítez en el Bernabéu por el juego del equipo. En el que su principal estrella Cristiano Ronaldo ha sido cazado en una escapada en Marruecos con un amigo, en sus horas libres; su principal delantero centro, Benzema, está imputado por un tema feo de vídeos privados y supuesta extorsión con la selección francesa y en la tabla de clasificación de la Liga se encuentra a seis puntos del FC Barcelona.
El Barça, por otra parte, se encuentra pletórico, líder en el campeonato, con una ventaja de cuatro sobre el Atlético y seis sobre el Madrid, con un futbol de ensueño tras haber ganado el Clásico con claridad y contundencia y con un tridente maravilloso que entusiasma al mundo del futbol. Mientras el Madrid salía en los telenoticias por la alineación indebida de un jugador y su probable eliminación de la Copa, el Barça lo hacía por haber llevado a 67 mil personas al Camp Nou en el declarado ‘partido solidario’ ante un equipo de Segunda División B. Hoy parecen dos mundos. Pero nadie puede asegurar que el próximo fin de semana, un mal resultado, haga que la dinámica cambie de barrio. Pero de momento, la percepción es de dos clubes muy diferentes.




