Seis puntos obtenidos de seis puntos disputados, cinco goles a favor y cero goles en contra. Son los números que nos ha dejado el Tri de Juan Carlos Osorio en sus dos primeros partidos al frente de la Selección Nacional, partidos que, no perdamos de vista, apenas y tuvo cuatro o cinco días para conocer, explicar sus conceptos, filosofía y familiarizarse con sus jugadores.
Por primera vez en 50 años se pudo ganar en la ciudad hondureña de San Pedro Sula y ¡aún así hay quien critica y se muestra inconforme con el trabajo del novel técnico tricolor!
Perdón, sé que como aficionados siempre soñamos con que nuestro equipo sea ofensivo, que proponga, domine y golee en cada partido. Desgraciadamente, el mundo real no es el FIFA 16 y me parece que así como muchas veces exigimos a los nuestros que nos den espectáculo, también debemos aprender a estudiar y analizar los partidos. Y no me refiero a cosas técnicas o tácticas, sino simplemente a observar y entender las condiciones en las que se presenta cada partido y la forma en la que se pueden aprovechar a nuestro favor o en contra.
Es decir, Honduras decidió programar el partido frente a México en punto de las tres de la tarde, buscando que el calor y la humedad mermaran al Tricolor. Claramente, los hondureños esperaban que el Tricolor saliera a proponer el encuentro, para aprovechar los espacios y liquidar el partido a contragolpes. Sin embargo, sin que nadie se lo esperara Juan Carlos Osorio ¡hizo todo lo contrario! Cambió su línea defensiva y cuidó el desgaste físico de sus jugadores, cedió la iniciativa a Honduras, que también hay que decirlo, exhibió todas sus carencias futbolísticas, para después aprovechar el cansancio de los hondureños y en los últimos treinta minutos aprovechar la juventud, frescura, velocidad y habilidad de Tecatito Corona y Jürgen Damm para liquidar el encuentro.
Dentro de lo intangible que puede llegar a ser la frase: “jugar bien” , me parece que México lo hizo muy bien. Detectó las fortalezas y debilidades de su rival, fue ordenado, paciente y al final supo aprovechar las oportunidades. ¿Se puede pedir algo más cuando se juega en un hostil campo de visitante?
Mención aparte deben merecer Decio de María y Guillermo Cantú, personajes encargados de perfilar y decidir la contratación de Juan Carlos Osorio, decisión que por cierto, les generó muchas críticas e incredulidad. Ahora que se han logrado los primeros objetivos nadie habla de ellos, y honestamente no habríamos por qué hacerlo. Simplemente hicieron bien su chamba, al igual que Osorio y los jugadores del Tri que se la rifaron en estos dos partidos.
Aún falta mucho para lograr el objetivo, que me parece no sólo es conseguir el boleto a Rusia 2018, sino trascender en dicha Copa del Mundo, pero hasta ahora, ellos están cumpliendo.
La pregunta es: ¿Nosotros estamos al nivel como aficionados? ¿O nos vamos a seguir quejando por el simple hecho de seguirnos quejando?




