El sacerdote Bertoldo Pantaleón Estrada, reportado como desaparecido desde el sábado, fue encontrado sin vida en el municipio de Eduardo Neri, Guerrero, confirmó la Diócesis de Chilpancingo–Chilapa.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), el cuerpo del religioso fue hallado en una zona rural y presentaba indicios de violencia, por lo que se abrió una carpeta de investigación por el delito de homicidio. Las autoridades realizaron el levantamiento del cuerpo y comenzaron los peritajes para esclarecer las causas de su muerte.

La Diócesis exige justicia y condena la violencia
A través de un comunicado, la Diócesis de Chilpancingo–Chilapa lamentó profundamente el asesinato del sacerdote y pidió a las autoridades que se haga justicia.
“Lamentamos profundamente la muerte del padre Bertoldo Pantaleón Estrada y exigimos justicia ante esta violencia que golpea a nuestro estado”, expresó la institución religiosa.

Bertoldo Pantaleón era párroco en una comunidad de la región Centro de Guerrero y era conocido por su trabajo pastoral en zonas afectadas por la violencia. La Diócesis confirmó que su desaparición fue reportada el sábado 4 de octubre, luego de que familiares y feligreses perdieran contacto con él.
Investigación en curso
En un comunicado, la Fiscalía de Guerrero informó que agentes ministeriales y peritos forenses realizan las diligencias correspondientes para determinar cómo ocurrieron los hechos.
Aunque no se ha confirmado la causa exacta de muerte, los reportes iniciales señalan que el cuerpo presentaba huellas de golpes y posibles lesiones.
Un acompañante que viajaba con el sacerdote permanece desaparecido, por lo que se mantiene activo un operativo de búsqueda en la región.

El crimen ha causado indignación dentro y fuera de la comunidad religiosa. En los últimos años, Guerrero ha sido una de las entidades más afectadas por la violencia, con ataques y amenazas contra sacerdotes y defensores comunitarios.
Organismos como la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) han denunciado que el incremento de agresiones contra miembros de la Iglesia refleja la grave inseguridad en zonas rurales del país.





