Valeria Márquez, estilista e influencer de apenas 23 años, fue asesinada el martes 13 de mayo dentro de su salón de belleza en Zapopan, Jalisco, mientras realizaba una transmisión en vivo. El crimen quedó registrado en video y conmocionó al país por su brutalidad y por las señales previas que la joven dejó tanto en su live como en sus redes sociales.

El ataque ocurrió alrededor de las 6:30 PM, en el interior de Blossom The Beauty Lounge, su estética ubicada sobre Avenida Servidor Público. Un sujeto que se hizo pasar por repartidor ingresó al negocio, intercambió algunas palabras con Valeria y luego le disparó en dos ocasiones: una en el abdomen y otra en la cabeza. Murió al instante.
La última historia: una imagen que ahora estremece
Minutos antes del crimen, Valeria publicó una historia en su cuenta de Instagram que, con el paso de las horas, adquirió un tono escalofriante. En ella aparece usando el mismo conjunto con el que fue asesinada. La toma muestra su atuendo, probablemente con intenciones de mostrar un día común de trabajo, pero hoy se ve como una despedida no intencional.
Esa historia, que aún circula en redes sociales, se ha vuelto símbolo de su feminicidio. No lleva palabras dramáticas ni frases de despedida, pero su sola existencia, sabiendo lo que sucedió poco después, ha provocado un estremecimiento generalizado entre sus seguidores.

Una transmisión marcada por señales de alerta
Durante su transmisión en vivo, Valeria compartió momentos aparentemente cotidianos con su empleada, Erika, pero también dejó frases inquietantes. “Güey, a lo mejor ya me iban a matar a mí”, dijo, tras recordar que un repartidor ya había pasado antes por el lugar. Más adelante, expresó: “Ya me voy a ir, porque ya me ondeé”.
En esa misma transmisión, mencionó a una amiga llamada Viviana, quien le pedía quedarse en el salón: “Es que quiere que me espere, dice la Viviana que porque quiere ver mi cara”. Poco después llegó el atacante, y el crimen ocurrió en segundos.

La reacción de su entorno y la investigación en curso
Uno de los detalles que más debate ha generado fue la reacción de Erika, la empleada, quien tras el ataque no gritó ni pidió ayuda, sino que cortó la transmisión de inmediato. Este gesto ha sido interpretado por algunos como frialdad, y por otros como shock.
La Fiscalía de Jalisco continúa con las investigaciones. Informaron que el Ministerio Público, junto con la Policía de Investigación, ya recopila testimonios y pruebas para identificar al responsable.




