El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) apagó este viernes 17 de octubre de 2025 sus cuentas oficiales en redes sociales. Así culmina una etapa de más de 10 años como órgano constitucional autónomo, luego de que el Gobierno Federal aprobara su extinción y el traspaso de funciones a una nueva Comisión Reguladora.
“Nos despedimos con orgullo por lo construido y con un profundo agradecimiento a la sociedad por la confianza depositada en este órgano regulador”, escribió el IFT en su última publicación digital.
La noticia sacudió al gremio de telecomunicaciones y radiodifusión en México, ya que la institución fue responsable durante más de una década de impulsar la competencia, mejorar la conectividad y proteger a usuarios y audiencias en un sector dominado por gigantes.

¿Por qué desaparece el IFT?
El IFT fue creado en 2013 con autonomía constitucional para vigilar el acceso equitativo a servicios de telecomunicaciones y radiodifusión. Sin embargo, su final llegó en octubre de 2025, luego de que el Senado aprobara el traspaso de sus funciones a la nueva Comisión Reguladora de Telecomunicaciones, cuyos integrantes ya han sido ratificados:
- Ledénika Mackensie Méndez González
- María de las Mercedes Olivares Tresgallo
- Adán Salazar Garibay
- Tania Villa Trápala
- Norma Solano Rodríguez
A partir de ahora, este nuevo organismo será el responsable de regular no sólo el espectro radioeléctrico, sino también de garantizar la competencia económica en los sectores involucrados.

Una despedida con agradecimiento
En su último mensaje, el IFT subrayó su compromiso de más de una década: “Durante más de una década, el Instituto trabajó con firmeza, independencia y compromiso para impulsar el desarrollo eficiente de las telecomunicaciones y la radiodifusión… en beneficio de todo el país”.

Y también ofreció buenos deseos a quienes continuarán con la regulación: “Deseamos el mayor de los éxitos a las autoridades que asumirán la responsabilidad de regular los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión”.
En estados como Colima, donde también operaba el IFT, la decisión ha generado inquietudes sobre el futuro del acceso justo a los servicios digitales, sobre todo en regiones con brechas de conectividad.





