Patrik Schick avistó al arquero fuera de su área y decidió ejecutar un soberbio remate desde el círculo central, dándole a la República Checa una ventaja de dos goles ante Escocia.
“Fue un rechace", contó Schick. “Me fijé (en el arquero) para ver dónde estaba parado y lo vi muy arriba. Miré otra vez y rematé”.

La UEFA informó que había sido el gol con el disparo más lejano de la historia del torneo, desde 49.7 metros. El récord previo correspondía a un disparo desde 38.6 metros, ejecutado por el centrocampista alemán Torsten Frings en la Euro 2004.
“Marcar un gol así es como un sueño de hadas", comentó el volante checo Tomas Soucek. “Le pegó de manera fantástica”.
Soucek también se refirió a la definición en su cuenta de Twitter: “Está claro que ya tenemos el gol del torneo. Nadie lo superará".





