CSKA gana tras resistir reacción de PSV

La celebración de uno de los goles del CSKA
La celebración de uno de los goles del CSKA | AP

El CSKA Moscú derrotó  al PSV Eindhoven (3-2) en un entretenido partido de Liga de Campeones que se decidió en la primera media hora, en la que los rusos marcaron tres goles, dos de ellos del marfileño Doumbia.

A los 7 minutos un fallo garrafal en la salida del PSV, que tuvo a Héctor Moreno los 90 minutos,  fue aprovechado por el nigeriano Musa para marcar el primer gol al rebañar un balón que cayó muerto al borde del área pequeña.

El CSKA, líder de la Liga rusa, no se conformó y así el marfileño Doumbia marcó el segundo a los 20 minutos con un magnífico remate de cabeza tras un preciso centro desde la derecha del lateral brasileño Fernandes.

En ese momento, pese a que los rusos se tomaron unos minutos para recuperar el resuello, el PSV pareció rendirse y tener la mente en el próximo partido.

Así, el zurdo serbio Tosic se aproximó al área, hizo una pared con Dzagóev y al internarse en el área fue derribado por el guardameta holandés, penalti clamoroso que fue transformado por Doumbia al 36'.

El marfileño pudo marcar el tercero tras un ingenuo penalti cometido sobre su compañero Musá, pero al intentar engañar al portero desde los once metros, disparó alto y desperdició una gran ocasión.

Los holandeses salieron más enchufados en la segunda parte, pero la primera ocasión la tuvieron en sus botas los locales por medio de Tosic, cuyo disparo desde la izquierda al palo largo fue despejado ágilmente por Zoet.

La obstinación holandesa tuvo su premio a los 60 minutos, cuando rompieron el fuera de juego con un sutil pase que fue aprovechado al segundo palo por el belga Lestienne para acortar distancias.

Poco después, los rusos tuvieron oportunidades claras de marcar, una doble por medio de Dzagóev y Doumbia, y otra tras un nuevo disparo de Tosic, ambas neutralizadas por el portero visitante.

En cambio, Lestienne tuvo mucho más suerte, ya que tras recibir el balón al borde del área marcó un magnífico gol con un potente disparo con la zurda ante el que nada pudo hacer Akinféev, esto al 68'.

A partir de ahí los holandeses controlaron el partido y el balón, mientras los rusos se conformaron con lanzar contraataques con balones largos a sus rapidísimos delanteros africanos.

A los visitantes les faltó tiempo y experiencia para empatar el partido, ya que los rusos se les había acabado claramente el gas mediada la segunda parte.