CARLOS GOROZPE
Su mejor precedente era haber sido subcampeones de la Eurocopa en 1980. Pero lo cierto es que después de caer ante México en su primer partido del Mundial del ‘86, pocos imaginaban que Bélgica llegaría tan lejos en un certamen donde se tuvieron que ver las caras con potencies como la Unión Soviética de Oleg Blokhin y la España de Butragueño.
Pero tras caer ante el local, una victoria ante Irak y empate contra Paraguay, les dieron la oportunidad de seguir con vida a los ‘Diablos Rojos’, que una vez en la ronda de matar o morir se convirtieron en auténticos demonios para sus rivales.
Su primera víctima fueron los soviéticos, equipo al que le destrozaron el muro defensivo con cuatro anotaciones, la primera de ellas convertida por quien a la postre sería leyenda del futbol belga, Vicennzo Scifo.
El sinodal de Cuartos de Final, España, parecía invencible, pues venía de golear a Dinamarca. Pero si el ‘caballo negro’ había demostrado en Octavos que podía vencer a cualquiera a base de goles, el duelo de Cuartos dejó en claro que el aparato defensivo también podía resolver el partido para Bélgica, quien evitó el gol 85 minutos (se había puesto en ventaja al 35’ con tanto de Ceulemans) hasta que Senor logró batir a Jean-Marie Pfaff para empatar el duelo. Pfaff, minutos después, tendría su revancha al atajar un penalti a Eloy para darle el pase a Semifinales a su equipo.
Y si Bélgica no llegó más lejos en esa Copa del Mundo fue por la aparición de Diego Armando Maradona, que, sin piedad, entró dos veces al área para profanar la portería roja y dejar tendida a Bélgica en plena grama del Estadio Azteca.
El duelo ante Francia por el tercer lugar fue un mero trámite, ya que a pesar de caer 4-2, los belgas dejaron un buen sabor de boca.
Bélgica, desde entonces, no ha podido encontrar otra generación como aquella de 1986 donde estuvo a punto de conseguir el primer gran título para su país.




