IVÁN CAÑADA
Pocos jugadores en la historia del futbol mexicano son los que han podido defender la casaca de América y Cruz Azul, menos lo son los que con ambos equipos han llegado a una Final y un caso es el que se ha presentado en el que un jugador haya sido campeón con ambas entidades: Carlos Hermosillo es el ejemplo.
Los recuerdos del Grandote de Cerro Azul son imborrables; sirvió a ambas entidades y en los dos casos cumplió la labor de ser campeón. Con América, curiosamente, en su último título conseguido de Liga, anotó el gol que sepultó a La Máquina; sin embargo, en 1997, logró el objetivo de darle ese ansiado campeonato al equipo de sus amores. La sangre que recorre su cuerpo es azul. No hay más.
"Representó muchísimo haber defendido a las dos playeras, pero hay que aclarar algo: la gente piensa que por el hecho de que jugué en el América, tendría que irle al América y lo que no saben es que hay una historia atrás, porque desde muy chavo siempre le fui al Cruz Azul.
"Mis ídolos eran Miguel Marín, Horacio López Salgado, Kalimán Guzmán, Alberto Quintano, pero vivo agradecido eternamente porque el América me dio la oportunidad cuando lo dirigía Carlos Reinoso. No me puedo olvidar de una institución en la que jugué cinco años y medio y fuimos cuatro veces campeones”, compartió en entrevista con RÉCORD el mítico goleador del conjunto cementero.
Anotar ese gol con el que las Águilas se coronaron por octava ocasión en su historia no representó que Hermosillo tuviera sentimientos encontrados por haber dejado en el camino a su amado elenco de La Noria.
"Aunque yo le iba al Cruz Azul, tenía el corazón en el América, porque el corazón lo tienes que tener en la institución en la que trabajas, tienes que ser profesional siempre al 100 por ciento. No sentí feo el haber anotado ese gol al Cruz Azul, porque disfruté el campeonato y un campeonato es un campeonato”, explicó.
Sin embargo, solamente dos años después, Carlos tuvo la oportunidad de llegar a La Máquina: "Cumplir con esa ilusión, es algo que muy poca gente puede tener. Imagina, primero jugar futbol, luego jugar con el equipo de tus amores y luego ser campeón, creo que no le puedes pedir nada más a Dios.
"Son etapas completamente diferentes, pero mi rendimiento siempre fue el mismo, porque siempre hice goles. Cuando jugué con el América contra el Cruz Azul siempre di el 100 y cuando jugué con Cruz Azul contra el América, también di el 100 y quizá hasta un poco más”, agregó.
Es por esa razón que festejar ese campeonato de 1997 en la cancha del León marcó la carrera futbolística de Hermosillo. "El título con el Cruz Azul es muy especial. Todos tienen algo de especial, pero para mí, el título con Cruz Azul, con el equipo que le voy, tiene un lugar muy especial y en mi vida”, sentenció.
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