JONATHAN PEÑA
Sin el recibimiento de aficionados rayados ni contratiempos, Monterrey llegó a Torreón de cara al partido de Ida de la Final. El equipo aterrizó a la ciudad coahuilense a las 17:20 horas y los jugadores no se retiraron por donde lo hacen los pasajeros comunes, a través de los pasillos del aeropuerto, ya que fueron protegidos y el autobús los esperó en el hangar de la Policía Federal, sitio por donde salieron.
El camino al hotel de concentración, al poniente de la ciudad, duró cerca de 15 minutos y el autobús fue resguardado por dos camionetas y dos motocicletas de la policía municipal que hicieron sonar todo el tiempo sus torretas abriendo camino principalmente por el tramo del boulevard Independencia ignorando las luces en rojo de los semáforos en ese afán de trasladarse lo más rápido posible.
El arribo al lugar de aposento también pasó inadvertido al menos para aficionados, no así para los medios de comunicación; sin embargo, personal de seguridad en el lugar protegió con una valla humana el paso de los jugadores que no dieron declaraciones. El único que aceptó dar unas breves palabras fue el presidente de Rayados, Jorge Urdiales. El directivo regiomontano aseguró que el único objetivo de su escuadra es el triunfo en la visita al Nuevo Estadio Corona.
"Lo positivo es que ganemos", sentenció escuetamente Urdiales, estando seguro de las grandes oportunidades de Monterrey para ganar el título y aspirar firmemente a ello. "Por supuesto, si no para qué venimos", añadió.
El último jugador que ingresó al hotel fue Ricardo Osorio y no faltó el grito de uno de los pocos aficionados locales que estaban ahí presentes, de nombre Gustavo Alvarado, que le deseó: "Ojalá te equivoques como en el Mundial", al tiempo que el defensa sólo bajó la mirada y se hizo el desentendido.




