El futuro de Neymar con la selección brasileña de cara al Mundial de 2026 sigue siendo un tema candente, y el seleccionador Carlo Ancelotti ha vuelto a poner las cartas sobre la mesa. En la previa del amistoso de Brasil contra Japón en Tokio, el técnico italiano fue claro: la puerta de la Canarinha no está cerrada para el delantero del Santos, pero todo dependerá de su estado físico.

Neymar, que continúa en una ardua batalla para recuperarse de una larga lesión, sueña con disputar la que podría ser su última Copa del Mundo en Estados Unidos, Canadá y México. Sin embargo, Ancelotti ha reiterado que la única condición para su regreso es que alcance un nivel físico óptimo.
"Cuando está en forma, tiene nivel para estar en cualquier selección y en cualquier equipo del planeta", sentenció el técnico en rueda de prensa desde la capital japonesa, un respaldo rotundo a la calidad intrínseca del jugador, pero que a la vez funciona como una exigente llamada a la acción.
Fecha limite para la decisión
El reloj corre, pero Neymar aún tiene un margen de tiempo crucial para convencer al cuerpo técnico. Ancelotti ha señalado el mes de marzo como una fecha límite de facto. La ventana FIFA de ese mes se perfila como el momento decisivo para confeccionar la lista que acudirá a la cita mundialista.

"La convocatoria de marzo podría ser prácticamente la misma que acudirá al Mundial," subrayó el seleccionador. "Queremos ver cómo se integran algunos jugadores, pero la idea es que el grupo se vaya perfilando desde ahí."
Esto significa que, si Neymar quiere subirse al tren mundialista, deberá demostrar en los próximos meses que está completamente preparado física y competitivamente para volver a vestir la camiseta de Brasil en un alto nivel. El mensaje de Ancelotti es un ultimátum deportivo: la calidad no se discute, pero la condición física es no negociable. El destino de Neymar para 2026 está ahora en sus propias manos.





