De Jasso a CU: Fernando, el heredero del rugido de la locomotora celeste

En Ciudad Universitaria, entre tambores, cánticos y banderas, un sonido metálico y profundo volvió a despertar la nostalgia celeste: el de una locomotora. El responsable es Fernando Díaz, aficionado de Cruz Azul y encargado de revivir un símbolo que durante décadas marcó la identidad del equipo en el Estadio Azul. Su corneta de tren, instalada en su Jeep, se ha convertido en parte del ambiente que rodea hoy a La Máquina.

Cruz Azul l IMAGO7

La historia de Fernando conecta directamente con la memoria de Gabino Gutiérrez, aquel personaje inolvidable de la Porra Oficial Cruz Azul 1971 que con su artefacto imitaba el rugido de una máquina, encendiendo a toda la afición.

Hoy, en otro estadio y en otra época, es Fernando quien tomó aquella estafeta con una mezcla de orgullo, casualidad e instinto celeste.

Afición celeste l IMAGO7

¿Cuáles son los orígenes de Fernando Díaz?

Originario de Jasso, Hidalgo, una comunidad profundamente ligada a la historia cementera, Fernando explica que la idea nació de forma sencilla: compró una corneta de tren por internet, la montó en su Jeep y comenzó a usarla cuando Cruz Azul ganaba. Lo que no imaginaba era que ese sonido se volvería un vínculo directo con el pasado y un nuevo símbolo para el presente.

Fernando trabajó en La Noria, y su cercanía con el club reforzó su deseo de dejar un legado propio. Él no pretende reemplazar a nadie ni adjudicarse un papel histórico, pero sí reconoce que su acción tiene un peso emocional para la afición.

CU l IMAGO7

 

“No sé si es homenaje a Don Gabino, pero si encajo, adelante”, dice con humildad, consciente de que algunos aficionados ya lo ven como un heredero natural del clásico sonido de la máquina.

El impacto no tardó en sentirse. En CU, cuando hizo sonar la corneta ante Chivas, muchos aficionados voltearon sorprendidos, otros sonrieron y varios compartieron en redes la nostalgia que les provocó recordar a Don Gabino. Para algunos jóvenes, fue incluso la primera vez que escucharon ese sonido que sus padres solían describir como parte de la esencia del antiguo Estadio Azul.

Por amor 

Pero Fernando no lo hace por atención ni por protagonismo. Lo hace por amor. Un amor que resume en una frase que lo define por completo: “Toda mi vida es Cruz Azul, tomamos agua que se llama Cruz Azul, mi escuela se llama Cruz Azul”. Para él, la identidad celeste no es una afición: es un origen, una comunidad y una forma de vivir.

Por eso insiste en que su intención es aportar algo al equipo que lo ha acompañado toda la vida. Su corneta no es un accesorio más; es un recordatorio del camino, de la historia y de los personajes que moldearon el espíritu de La Máquina. Es un puente entre generaciones que crecieron escuchando aquel sonido inconfundible y quienes hoy apenas lo descubren.