Nabor Castillo, feliz pese a dejar el futbol por el judo

| MEXSPORT

EFE

El mexicano Nabor Castillo, Campeón de la Copa del Mundo de judo de San Salvador en 2010 aseguró ser un deportista feliz porque escuchó a su corazón cuando descartó la posibilidad de ser futbolista profesional con el Pachuca.

"No he pensado si pude ser millonario en los Tuzos", dijo el peleador, una de las esperanzas de México para los Juegos Panamericanos con sede en Guadalajara de octubre próximo.

Castillo era un buen carrilero en las divisiones inferiores del Pachuca y algunos le pronosticaban un futuro luminoso como profesional, por su velocidad, y buena exactitud para poner servicios.

"Me consideraba bueno, corría los 90 minutos y mandaba buenos centros, aunque no defendía bien. Me encanta el futbol, pero ser medallista de judo era mi sueño", asegura.

El gran año del mexicano de la división de 60 kilos fue el 2010 cuando ganó oro en la Copa Mundial de San Salvador y conquistó el título panamericano, al vencer al brasileño Felipe Kitadai, quien le cobró la afrenta hace un par de semanas y le ganó la revancha en la final del torneo continental, en Guadalajara.

"El año pasado lo derroté bien, fui superior, ahora el venció por técnica de estrangulación; es muy bueno en el combate en el suelo y esa es una de mis debilidades", aseveró.

Como consecuencia de su paso por el futbol, deporte que practicó casi desde que aprendió a caminar, Nabor posee una gran preparación física y es un judoca muy temible en el último minuto de combate, cuando suele marcar diferencias a su favor.

"Soy muy explosivo, me gusta mover a los rivales, cansarlos, no me fijo mucho en las gráficas de combate porque soy de los de mejor nivel en América y prefiero que se preocupen por mi los contrarios", asevera.

Es de baja estatura, pero muy fuerte y tiene detectados a los rivales que trataran de estropearle el sueño en los Juegos Panamericanos de Guadalajara.

"Hay que tener cuidado con el brasileño Kitadai y el venezolano Javier Guedez; no habrá judoca débil, pero ellos son los mejores", señaló.

Aunque ya ganó una Copa Mundial y fue quinto en el Grand Slam de Japón el año pasado, contra varios de los mejores del planeta, Nabor está aún en un proceso de crecimiento y todavía no entra en el top 10 de su división.

"Estoy entre los 16 y tengo el boleto olímpico casi asegurado, pero necesito crecer, me falta mejorar en el combate en el piso", dice al hablar de su debilidad en el tatami.

A veces piensa que pudo ser famoso como volante del Pachuca, pero asegura que duerme tranquilo, aunque no lo dejan jugar futbol en el equipo nacional porque se puede lesionar: "Es lo malo de esto, pero soy feliz con lo que hago, no puedo pedir más", asegura.