Hace unas horas, el dios Cronos me obligó a realizar de manera severa una retrospección sobre cómo ha sido mi incursión en la caprichosa actividad televisiva, así como en el radio.
La preparatoria
Fue inolvidable en el Instituto de don Arturo García Formenti, Vasco de Quiroga, ubicada en Calzada de Tacubaya 26. Durante esa incursión tuve la oportunidad de conocer y compartir los conocimientos con el hijo de uno de los históricos e inolvidables locutores de la XEX, así como de la XEW, ‘La voz de la América Latina desde México’, ahí la gran figura era don Alonso Sordo Noriega, así que con el paso de los tiempos ingresé al instituto referido, donde conocí a su vástago, Alonso Sordo Noriega Murguía, el cual era una de las figuras televisivas en la sesión vespertina, junto con Gabriel Fernández, Rogelio y Genaro Moreno, así como con el ‘archirecontrapopular’ ‘Tío Gamboin’, el cual era un hombre que llevaba diariamente muñecos con los cuales platicaba sobre la importancia de hacer la tarea temprano y, una vez concluida, él los saludaba de las 4 a las 6 por XHGC Canal 5.
Enrique Bermudez Olvera
En ese entonces él era presidente de la Asociación Nacional de Locutores, era un generoso hombre de un metro noventa de estatura, de severo aspecto en su trato, un noble ser humano, querido a nivel nacional por todos los locutores de radio y televisión, él fue el creador de los famosos arcones de la ilustre XEW.
Lo volví a ver debido a que la Asociación Nacional que él presidía le dedicó un congreso a don Alonso Sordo Noriega padre, siendo en la oficina del Presidente de la República Mexicana, don Gustavo Díaz Ordaz, el cual inauguró la reunión en sus oficinas de Los Pinos. Acudi a la reunión por invitación de Alonso hijo, confieso a través de este valioso espacio de nuestro RÉCORD, que él me regaló 500 pesos de hace cuatro décadas y media para pagar los derechos del examen para obtener la licencia de locutor; jamás olvido el detalle, al grado que el dia que me entregó el dinero estaban en su oficina de las calles de Praga 40 famosos personajes como Rubén Zepeda Novelo, Sergio Beauregard y León Michel. Confieso que me impactó porque eran los más famosos locutores de Telesistema Mexicano. Con el paso del tiempo me decía “¿cómo estás hijo ‘Ponchito?’” y le respondí “bien pa’”, este tipo de afectos para mí son difíciles de olvidar.
Fernando von Rossum
Es, sin la menor duda, el mejor narrador del futbol americano, colegial y profesional de la historia en nuestra nacion, al cual le aprendí que hay que estudiar cotidianamente para las funciones asignadas del fin de semana, lo cual realizo desde 1970, cuando viajé a Puerto Rico a transmitir la riña entre nuestro paisano Carlos Palomino y el impresionante ídolo que paralizaba la bella isla boricua, Wilfredo Benítez, el cual hoy está afectado de sus facultades mentales pero aún vive con este mal. Una vez concluida mi relación con el canal II,el Ing. von Rossum me puso en contacto con don Emilio Diez Barroso Azcárraga, vicepresidente de eventos especiales y con el director de la vicepresidencia, Javier González Martínez, para ingresar a Televisa y trabajar con tres hombres a los cuales respeté y aún admiro.
Cada uno son iconos
Los domingos ingresé al programa ‘Acción’ y narrar la reseña de la lucha libre profesional y del boxeo nacional e internacional. Este capítulo de mi vida fue para un ser afortunado como yo. Con don Antonio su juicio y análisis preciso del boxeo, con el querido ‘Sonny’ su vigor y ritmo de su lenguaje y con el inolvidable ‘Marqués de Querétaro’, Pedro ‘Mago’ Septien y Orozco de la orden de calatrava de España, su amplia y vasta sabiduría del hipismo, béisbol, billar y lucha libre profesional, así como la tauromaquia, de la cual platicaba con emoción con el inolvidable Juan José Guerra, sólo escucharlos era una clase de 24 kilates.
La reflexión
El haber recibido la presea ‘Don José Sulaiman Chagnon’ fue inesperado, la presencia del inolvidable don Tommy Morales, ícono del béisbol, de la tremenda figura de Roberto Guerrero Ayala, sabio de nuestro balompié y de un servidor fue inolvidable, que me acompañaran mis hermanos amados, Lourdes y Sergio y a quien quiero más en mi vida como es Leo Riaño. Gracias diputado Marco Antonio Blazques Salinas, el agradecimiento es la moral del corazón.
