Protagonista. Vicente Sánchez no seguirá como entrenador de Cruz Azul porque se aferró a la suya, a tener el reflector, y rompió con el proceso del proyecto deportivo actual. Así de claro. Y el éxito de esta versión cementera depende de la estructura, no de un individuo.
¿Detalles? Hay muchos, desde que al salir Anselmi hizo berrinche para ser el técnico ‘no interino’, a pesar de que no era el plan, hasta que cortó comunicación con los equipos multidisciplinarios que le daban servicio. El ejemplo más claro es lo de Cardaccio, que siendo director deportivo, el principal soporte, lo apartó. Y así con el resto. Secuestró al equipo y encontró a un socio que le endulzó el oído.
SE ADELANTARON AL PROCESO
Prematuro. El plan de la directiva celeste era hablar con Vicente tras la Final de Concacaf, y ahí plantearle cómo seguir en Cruz Azul, es decir, mantenerlo como parte del proyecto con otro rol en la institución, para que siga como opción a futuro. El problema es que se adelantó la prensa. Ayer se regó como pólvora que se va de La Máquina y desató especulaciones.
NO ME AYUDES COMPADRE
Aprovechado. Hoy el principal problema de Sánchez es Rubens Valenzuela. Llegó como preparador físico, se echó a la bolsa a Vicente y se volvió su consejero, al grado que afirma ser el auxiliar principal, relegando a Joel Huiqui y a Marco Calvillo a que miren y escuchen, pero no opinen, con la venia del entrenador.
Valenzuela llegó ya iniciado este torneo y se le metió a Vicente. Su problema es que acaba contrato el 31 de mayo, un día antes de la Final, así que le pidió a su paisano que intercediera para que no sólo lo renovaran, sino que le mejoraran el salario. Y filtró a prensa amiga que sin arreglo, no dirigían ante Vancouver. Pero el técnico nunca puso en duda su participación.
Así, desde el entorno de Vicente se convence a un sector de la prensa de que se deben quedar a la fuerza, es presión en opinión pública para la directiva, pero Valenzuela no se va a quedar y con Vicente verán qué decide si ya no será el DT.
TOLUCA NO PERMITE AMERICANISMO
Inaccesible. Los americanistas se volvieron locos para encontrar un boleto para la Final de Vuelta en Toluca, y es que hoy ocurre un fantástico fenómeno en el Nemesio Diez: tiene el promedio de ocupación más alto de Liga MX con relación a la capacidad del estadio y es el que mayor crecimiento en venta de abonos ha logrado en los últimos tres años.
El promedio de Liga MX en fase regular es de 59.3% de aforo total, pero los Diablos Rojos casi rayan la perfección: de sus ocho partidos en casa este Clausura, sólo uno no se llenó (el 5-0 sobre Gallos), para tener 98.6% de asistencia en el Nemesio Diez. Una locura.
América, por ejemplo, mejoró notablemente en casa, pues alcanzaron un dignísimo 84.9%, pero no se les acerca. Vaya, hasta Rayados, que es el que más gente metió, está debajo, pues el promedio de entrada del Gigante de Acero es de 83.5%.
Claro que hay que entender que el Nemesio Diez es el décimo en capacidad en Liga MX (pueden entrar 27 mil 273 aficionados oficialmente), pero hacer que sea rojo casi en su totalidad cada partido es algo que sueñan los demás grandes, populares y poderosos.




