2 de Mayo de 2016
En la Fórmula Uno, el primer rival al que hay que vencer sí o sí, es el coequipero, quien a diferencia de otros, posee las mismas herramientas, mismos recursos.
Compañeros, sí, porque los une la causa común de su escudería, pero a final de cuentas enemigos, que a costa del otro deben sobrevivir en la voraz categoría reina.
Cada éxito de Romain Grosjean al mando de su sorprendente Haas es una carga extra en el auto de Esteban Gutiérrez, que debe mirar de lejos como el otro monoplaza de la escudería estadounidense ofrece demostraciones sólidas y regresa a casa con valiosísimos puntos.
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