Pumas, el mejor del campeonato, sigue de pie a pesar de que ha sido puesto contra las cuerdas y estuvo a punto del KO, tanto con Veracruz como con América.
Ayer entre la confianza del marcador global y el ímpetu de un rival sin otra historia que buscar hacer una hazaña, se compaginaron para que Pumas entrara en un pánico irreversible que por poco lo deja haciendo uno de los ridículos más grandes de la Liguilla en años.
Fue un juego donde el orgullo americanista recalcitrante surcó el campo de Ciudad Universitaria, posesión constante de la pelota y circulación con amplitud y profundidad que encontró a Palacios en una de sus mejores versiones.
El cuadro de Coapa fue superior en tres de los cuatro tiempos de esta eliminatoria, pero no le alcanzó.
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