El error de Lainez

Siempre será muy fácil hablar, como dicen en varios países de Sudamérica, “con el periódico del lunes en la mano”, haciendo alusión a que es muy sencillo expresar puntos de vista una vez se concretó la noticia o se conoce el resultado; sin embargo, en este caso hubo algunas voces que se levantaron para advertir las posibles consecuencias.

El hecho es que cuando en la mesa se supo que Ajax y Betis deseaban los servicios de la joven promesa del América, Diego Lainez, y por ende para una masa social muy importante del futbol nacional, el jugador y su entorno optaron por ir a España, probablemente apoyando su decisión porque sin duda es una Liga más fuerte que la holandesa, quizá también porque había ya un mexicano con jerarquía como Guardado que podría fungir como su tutor; también porque en ese entonces el cuadro bético competiría en torneo europeo, Liga y Copa, y, ¿por qué no?, por el siempre y no menor hecho de que no tendría que adaptarse a ningún idioma nuevo.

Eran muchos los factores que pudieron pesar para que el talentoso elemento azteca escogiera vivir en Sevilla; pero del otro lado estaba el Ajax, un portentoso equipo de los Países Bajos, con una historia demoledora y con una escuela futbolística que ha revolucionado varías veces este negocio.

Lainez fue a un equipo que suele vivir sufriendo más que gozando en el balompié ibérico, más allá de que en ese preciso momento estuviera con un presente contrario a lo que su historia claramente dictamina.

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Porque jugar en el Betis es dar resultados lo más pronto posible, no existe una estructura sólida en sus categorías menores que pueda resistir malos pasajes cuando sus contrataciones estelares no funcionan. El cuadro verdiblanco no está acostumbrado a la paciencia y menos cuando desembolsa la cantidad de dinero que puso en la mesa en el caso del chamaco llegado desde Coapa.

Ajax, una escuela de futbol acostumbrada a no observar pasaportes ni edades y dedicada en tiempo y alma en perfeccionar técnica y tácticamente a sus jugadores para después dejarlos volar, parecía el mejor lugar docente para Lainez, pero se la jugó por tratar de triunfar en una Liga de adultos en un equipo que se sostiene con alfileres.

Hoy, sigue sin tener el lugar que hubiera soñado y ya se plantean seriamente en cederlo para que se foguee en otro lado en lo que el Betis le encuentra sitio en su once. Una nueva prueba se le coloca en la mesa: ir prestado a otro equipo europeo de menor envergadura que el Betis o regresar al América para volver a entrar en su zona de confort.

Lo mejor sería que se quede en Europa y que la siga peleando por allá en donde sea porque regresar al América podría ser su segundo error y quién sabe si de ése se levante en corto plazo.