¿Fracaso?

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Opiniones, análisis y puntos de vista de los principales columnistas deportivos de RÉCORD. Entérate de lo que piensan los expertos del futbol mexicano y más.

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Y un domingo cualquiera terminaron en cuarto lugar con chances de evitar ese sitio y ganar el partido; sin embargo, la genialidad de un volante derecho belga los dejó sin la posición de bronce. En verdad, no importaba mucho el puesto en Viña del Mar, porque lo fundamental se había cumplido con anterioridad. Estos chicos que viajaron a Chile no ganaron el título mundial como los del 2005 o los del 2011, y tampoco llegaron a la Final como los de una generación pasada; no obstante, consiguieron respetar una idea de juego, con altibajos, pero la respetaron a muerte.  

Entendieron el valor de la camiseta que representan por encima de nacionalismos baratos, ya que jugaron con el emblema de un cuadro grande de esta categoría. No es fácil llegar con obligaciones de trascender como potencia en la división y estos chicos erradicaron la presión con juego técnico y veloz por los costados, solventado así las expectativas generadas.  

Es cierto, no fueron campeones, pero tampoco fracasaron como varios lo quieren hacer ver; esos mismos que viven con temor a que se les catalogue si no piensan únicamente en el título.  

El equipo de Arteaga tuvo momentos clave para solucionar trámites de juego, sobre todo ante Nigeria en el primer tiempo y no lo consiguió. Pero nadie puede decir que los africanos no ganaron bien, porque al final fueron mejores en el cúmulo de los minutos.

En Chile vimos a un equipo mexicano con tintes técnicos muy destacables y varios elementos que apuntan a ser interesantes promesas de nuestro balompié; aunque sabemos que varios no trascenderán, porque cuando se tiene 17 años muchas cosas cambian hasta llegar a una edad adulta.  

Por lo pronto, el futbol mexicano nos demuestra que abajo las cosas se vienen haciendo bien y se ha encontrado una fórmula que gana respeto a nivel internacional.  

Lástima que algunos piensen en exigirle sólo campeonatos a chicos que hasta hace un mes eran desconocidos para la gran mayoría, mientras que a los ‘consagrados’ e ‘ídolos’ de la Selección mayor se les aplaude con tal de que lleguen al quinto partido de un Mundial, mismo que hace rato venimos esperando.  

A veces la popularidad y la pasión nos ciegan de los verdaderos resultados y éxitos. Porque si para algunos ser cuarto lugar mundial de lo que sea y donde sea es un fracaso, no quiero saber entonces qué debe ser un cuarto lugar del Hexagonal de la Concacaf; cierto, tienen razón, esos exigentes exquisitos se olvidaron de esa paupérrima actuación una vez que se le ganó a unos neozelandeses amateurs. Caray, pero qué tal andamos para exigirles a niños de 16 años que consigan lo que los mayores ni siquiera aspiran a oler.