Supongo que la idea es divertir y divertirse. Y este equipo es capaz de ir contra todos los principios pragmáticos y hasta sagrados donde al deporte profesional se le rotula y se le enmarca como una práctica, una competencia o una actividad donde lo más importante de todo, por encima de cualquier estética, lucimiento y satisfacción propia y común, es obtener la victoria.
El triunfo por encima de todo; ganar, ganar y sólo ganar. El “ganar no es todo, es lo único”, que pregona la frase y la ideología de Vince Lombardi queda sepultada por este Barcelona, porque seguro que alguien o muchos se acordarán del marcador, de los números y las estadísticas que son infalibles, realmente poderosos, de la época de éxitos y de trofeos que ha levantado este club, pero lo que promete prevalecer, por encima incluso de esas condiciones, es la bondad, el buen gusto y el estilo del juego.
En el atardecer de un domingo cualquiera, el Barcelona no sólo está jugando al futbol, está divirtiéndose y divirtiéndonos jugando al futbol, está alegrándose y alegrándonos jugando al futbol.
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