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Slim: la revolución inconclusa

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Columnistas | 08 Sep, 2017

‘El jugador’ más rico en la historia del futbol mexicano se ha ‘retirado’ de la ‘cancha’ sin pena y sin gloria. La ‘revolución inconclusa’ del futbol mexicano, la que no pudo completar uno de los hombres más poderosos del mundo.

Cinco años después de haber incursionado entre los ‘vientos huracanados’ de los poderes que controlan al futbol mexicano, el empresario Carlos Slim, uno de los hombres más acaudalados de México y del mundo, fue ‘liquidado’ por Jesús Martínez. “Les pagamos, bastante bien por cierto, por las acciones que tenían del Club León y terminamos como grandes amigos. Seguimos teniendo una relación comercial con América Movil”, dijo el presidente del Grupo Pachuca en el programa Futbol Picante de ESPN.

Martínez recuerda bien la ‘revolución’ que provocó en su momento la invitación que le hizo al ingeniero Slim para unirse a su grupo y al futbol mexicano. Un movimiento que Martínez utilizó de manera inteligente y sagaz para romper las cadenas que le ataban al poder de la televisión.

A partir de la llegada de Slim, Martínez se hizo más fuerte, generó enemistad y hasta miedo entre los que antes habían sido sus ‘amigos’ sobre los campos de golf. Había puesto en la mesa de ‘socios’ — que nunca han sido realmente ‘socios’ — a un ‘jugador’ independiente, todopoderoso y que alentaba la esperanza de un cambio en la manera en la cual se ha administrado y explotado al futbol mexicano desde el momento mismo en que se convirtió en un deporte profesional y en una gran industria.

Slim iba a encabezar esa transformación que, si bien se ha dado de una forma tenue, no ha alcanzado para abrazar la transparencia, la apertura y la democracia que exige el país, los tiempos y que, sin duda, le podrían dar un rumbo diferente al futbol, económica y deportivamente.

No puedo confirmar la hipótesis que habla de un rompimiento en las relaciones entre Jesús Martínez Junior, hijo de Jesús Martínez y presidente del León, y Arturo Elías Ayub, el dirigente operacional de Grupo Carso y la cara del ingeniero Slim en temas futbolísticos. Creo que hubo un distanciamiento a partir de ideas diferentes en cuanto a temas futbolísticos. El León ha atravesado por momentos pocos ‘dulces’ en las últimas temporadas. Tampoco pude confirmar si grupo Carso habría hecho una oferta para quedarse con 100 por ciento de las acciones del equipo leonés.

Es una pena que Slim —y lo que significa Slim— se haya marchado sin la conclusión de una obra para la que parecía estar señalado como un elemento clave, esencial para repartir un poco más el poder en el futbol mexicano. Creo que de alguna u otra forma, Martínez lo utilizó, justo en una época — hace 5 años— cuando sus amigos se habían convertido en enemigos y cuando buscaba desesperadamente algún aliado. Encontró al más ‘pesado’ de todos, lo invitó a su negocio, lo presentó y presumió como su amigo, mientras se llevaba al Pachuca y al León lejos del poder televisivo amparado en el simple hecho de tener en su alineación al empresario más rico del mundo.

En ese sentido, el movimiento de Martínez deberá ser recordado en la historia del futbol mexcano como el momento cumbre del rompimiento de ‘las ataduras’ con la televisión abierta. Fue Martínez, con una alineación de lujo, que incluía a un número ‘10’ llamado Carlos Slim, quien lo logró.

Espero que Slim y Elías Ayub busquen y encuentren la mejor la forma de volver al futbol mexicano. Sobra decir que el ingeniero es un empresario inteligente y exitoso, puede aportar muchísimo y al mismo tiempo propiciar equilibrio de poder.

“Fue lo que propuse justo en la última asamblea de dueños”, responde de manera eufórica Martínez cuando se le menciona el desequilibrio económico que afronta el futbol mexicano y la penumbra en la que han caído algunos clubes sin fondos para subyugar sus necesidades más urgentes. Un contrato colectivo de televisión, que le signifique dinero a todos los clubes en la medida en la cual aporten al propio negocio, de acuerdo con su tamaño y peso pasional, justo como se ha logrado en los modelos más desarrollados de las Ligas europeas. El ambicioso plan debe incluir a todos los clubes, a todas las televisoras — abiertas, cerradas — y a las nuevas plataformas de comunicación a través de las redes sociales y, de paso, al ‘producto prohibido’ del futbol nacional: la Selección Mexicana. Es una buena iniciativa la de Martínez. El último hombre que lo intentó hace casi 30 años — Emilio Maurer— terminó en la crujía 11 del Reclusorio Oriente. Martínez hubiese tenido mucho más poder y capacidad para hacerlo si siguiera contando, junto a él, como número ‘10’, a uno de los hombres más ricos. La revolución inconclusa. La que pareció comenzar con su intempestiva llegada y la que Slim no pudo terminar de propiciar en la Liga MX.