A tres jornadas de que termine el torneo, Gustavo Matosas determinó darse una vuelta a México para dejarse ver un poco, ahora que su nombre ha sonado como candidato en Veracruz y Puebla.
Después de su fracaso en Atlas, Matosas regresó a Uruguay, esperando que se presentara alguna oferta interesante, lo cual hasta ahora no sucedió; por ello, apostó a aquello de que “santo que no es visto, no es venerado”, y se instaló por unos días en la Ciudad de México y se ha dejado ver con algunos personajes de nuestro balompié.
Si quieres leer la columna completa adquiere tu RÉCORD en tu puesto de periódicos o suscríbete a la edición digital dando clic en la imagen de abajo.





