Todo cambia, menos eso. Que todo cambia. Y Chivas se adapta a ello y ya juega al futbol con decencia. Y arrojo. Pero Pumas no entiende de modificaciones de historias. Hace 34 años no vence al Rebaño, en Guadalajara, situación que le significa una incomodidad con la que puede vivir. Y vive, aunque muera lento…
Madonna era una señorita. Y Quentin Tarantino no había filmado ninguna película. La contingencia ambiental no existía. La gente hablaba más y tuiteaba menos y los fotógrafos no le ponían filtros a sus fotos en Instagram. Todo ha mudado. Evolucionado. Todo se ha caído, se ha roto, se ha levantado y se ha reparado, menos la inoperancia azul y oro en Guadalajara.
Han pasado 34 años y cuando en aquella época la luz del semáforo en amarillo era una invitación a la prevención, hoy es la última llamada para poner el pie en el acelerador. En 1982 la gente vivía con menos prisa. Se veía más a los ojos. Hoy las plantas siguen necesitando agua y el perro sigue siendo tu mejor amigo. Y Pumas desconoce dicha victoria, porque a veces también es necesario que todo se mantenga intacto.
Orbelín fue presente. Un disparo desviado por el oponente adquirió alas y paracaídas. Alas para volar encima de Alejandro Palacios y paracaídas para bajar y aterrizar en el pasto de adentro de la portería. Y el pasado volvía, porque nunca se fue.
Brizuela confirmó que el balón que Dario Verón dejó pasar sin visa en el área chica solo podía y debía cambiarse por gol, porque nadie desprecia un regalo con moño. Sería de mala educación. Y Chivas tenía buenos modales. Y su futbol también.
Por eso de nuevo Brizuela liquidó a un Palacios fosforescente en sus ropas e imitador de Jorge Campos en sus fintas, que fueron eso. Una mala imitación. Gol. Y así, el recuerdo de la chilena de Manuel Negrete de 1982 era pulverizado. Y en consecuencia aquella memoria borrosa de triunfo también...
Y después, Javier López, ‘La Chofis’ con sus gambetas de barrio, que confirmó que un amague contra Monterrey pudo ser casualidad, dos contra Rayados, circunstancia y tres contra Pumas realidad. Y eso es. Una realidad que da miedo, porque no quiere ser perdido, aunque apenas haya sido encontrado.
El mundo ha cambiado. Chivas ha cambiado. Todo cambia, menos eso, que todo cambia. Aunque Pumas no tenga idea de eso cuando juega en Guadalajara…
