Mandaron al 'Cantante' a Mazatlán por las inconformidades que hubo del arbitraje de Fernando Hernández en el partido contra Tigres, donde sancionó un penal inexistente.
Guerrero no tuvo mayor problema: amonestó correctamente, dio fluidez y muy a su costumbre anduvo sociable abrazando a los jugadores y tocándoles la cara. Qué fea maña; ojalá y se le quite. También inventó muchas faltas para detener el juego, muy vivo.




