Si alguien aplaudió el tesón, paciencia y sobre todo la calidad que ha demostrado desde que es titular en el América, es un servidor; sin embargo, me acabo de enterar que Huguito González ya se subió a un tabique.
Resulta que de aquel chaval sencillo que saludaba a todo el mundo y accedía a fotos y autógrafos de la afición, queda poco y nada. Claro, ahora que es titular ya le molesta que lo busque la prensa y “está cansado de hablar”, según sus palabras; además, cuando ve que hay afición en los entrenamientos, prefiere darle la vuelta para evitarla.
Ay, Hugo, Hugo, te vas a dar de topes cuando los reflectores enfoquen hacia otro lado que no seas tú, y extrañarás hasta que el perro de Coapa te mueva la cola.
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