Más de siete meses de negociaciones y aún no hay certeza de lo que sucederá con las transmisiones audiovisuales de las Chivas del Guadalajara a partir del torneo Apertura 2016. Televisa, que tiene el derecho de primera y última opción en la negociación, ha encontrado serios competidores, que gracias a una alta economía, intentan arrebatar los derechos del equipo más popular de este país.
Un despacho de asesores externos a Grupo Omnilife es quien se encarga de negociar con las partes interesadas, con ideas claras, como la pulverización de los derechos, que es la estrategia a seguir. ¿Qué quiere decir esto? Que no se busca un solo comprador que tenga la universalidad de los derechos, sino varios actores que inviertan más dinero en cada rubro y no una sola empresa que sublicencie los derechos a televisión restringida, televisión en Estados Unidos, transmisiones por Internet, etc., o bien, que los explote en cada medio debido a que tienen plataformas para hacerlo.
Jorge Vergara le dio a una empresa de Estados Unidos la facultad de negociar sus derechos entre los interesados, con la idea de sacarle mayor provecho a una marca tan popular y exitosa como es Chivas. Esta empresa, basada en Los Angeles, es Wasserman, representada en estas negociaciones por el Sr. Rodrigo Morales, vicepresidente para Latinoamérica. En otras palabras, la firma estadounidense es un intermediario que gana una comisión por la venta, pero que poco aporta en el conocimiento de medios audiovisuales al pretender cantidades muy por encima de cada uno de los mercados a los que ofrece el producto Chivas.
Televisa puja por los derechos en televisión abierta y FOX Sports por los de televisión restringida. Sería una combinación inédita en el futbol mexicano, pero que se ve difícil que se resuelva de esa manera. Según datos de LAMAC (Latin American Multichannel Advertising Council) empresa que se dedica a las mediciones de televisión de paga y televisión abierta, indica que el mercado sigue siendo muy superior para canales que no tiene que pagar para verse. El universo total de televisiones en el país es de 32 millones 605 mil 507 aparatos, de los cuales, un poco menos de la mitad son suscriptores de televisión de paga, es decir, 16 millones 295 mil 217 suscriptores tienen los sistemas de cable y satelital del país.
La televisión abierta sigue siendo la que manda en difusión y penetración. No es nuevo que existan equipos que decidan firmar con televisoras restringidas, hace muchos años fue Atlante el pionero y en estos últimos años León, Pachuca, Leones Negros y Dorados se atrevieron a mudarse a un mercado restringido, menor a 50 por ciento de la población televisiva del país. Esto repercute en los patrocinios, tal vez no de manera inmediata, pero en las renegociación con quienes apoyan con sus marcas las camisetas, estática y otros productos integrados y si a eso le suman que cuando juegan contra equipos que transmite Televisa y Azteca mandan la transmisión a SKY, se sigue reduciendo la presencia de marca. Es por esto que las marcas invierten menos en un equipo que está en TV restringida, eso es una realidad, el retorno de inversión no es redituable.
Ejemplo, América recibe por su patrocinador principal en la camiseta, la marca de celulares Huawei un aproximado de 60 millones de pesos por año futbolístico. Chivas más o menos lo mismo por poner a Bimbo al frente. Las cerveceras son las que pagan más aunque las restricciones de la Secretaria de Salud impide que vayan al frente, pero siempre invierten en equipos populares entre 25 y 35 millones de pesos. Equipos que son transmitidos en televisión restringida bajan alarmantemente sus ingresos por patrocinios, que van de un pago de entre 9 y 12 millones por la marca que se estampa en el pecho y entre 7 y 8 millones por lo que se ve estampado por detrás.
Otro dato a considerar es que un partido estelar en TV de paga alcanza un universo de entre 138 mil a 350 mil televidentes, mientras que uno en TV abierta tiene alcances de entre 2.5 y 3.5 millones de personas.
No será fácil la decisión para Jorge Vergara. Los tiempos cambian y las empresas por cable invierten mucho en derechos de transmisión, la sobrevaloración económica la dan en ocasiones agencias externas y eso puede ser bueno en el primer impacto, no tan exitoso al futuro cercano.




