Por vender se pueden decir muchas cosas, pero la realidad es que el futbol mexicano tiene campeón en el torneo Apertura 2015. Siempre habrá quienes hablen del milagro, de que en el futbol todo puede pasar y que si uno pudo hacerlo en casa, otro también lo puede hacer. En fin, podemos inundar este espacio con lugares comunes del periodismo deportivo y aun así Tigres levantará el trofeo el domingo en Ciudad Universitaria.
Ricardo Ferretti entendió que no puede perder su tercera Final consecutiva y, por eso, la agresividad desde el primer minuto del partido fue evidente. Envolviendo a unos timoratos Pumas que en su planteamiento llevaron la deshonra de un equipo que estaba acostumbrado a ser agresivo y donde su historia fue pisoteada en el Estadio Universitario. No, no estaban frente a los Tigres, un equipo que de carambola, casualidad o injustamente estuviera en la Final, tampoco un equipo chico de poca convocatoria y con escasa historia, eran los Pumas, en su versión más descafeinada que ha llegado a una Final del futbol mexicano.
Tigres, imponente con un equipo convencido en lo que su entrenador les manda. Ambicioso y conectado que pudo lograr más de 85 por ciento de efectividad en sus pases cuando el rival no hizo ni 60 por ciento de efectividad en los servicios cuando pasaban a territorio enemigo. El domingo, con la experiencia de Ferretti, y el saber manejar los partidos como lo hace, no tendrán problemas para culminar la obra.
Ya habrá tiempo de valoraciones más profundas de lo sucedido en Pumas durante la Liguilla, pero es evidente que no fueron en ningún momento el gran favorito, porque no podían superar claramente a sus rivales, que el manejo de los partidos fue muy malo y que la ambición nunca existió. Si anotaron tres goles en el Azteca la semana pasada, fue porque jugaban contra nueve rivales, no por dominarlos con futbol vistoso, profundo y ambicioso.
Ya habrá tiempo para valorar la administración de Jorge Borja, que pasó con mucho más penas que glorias. En el Estadio Universitario los bailaron, y eso es imperdonable para un equipo como lo es Pumas.
Insisto, que se diga de todo para vender el partido del domingo, pero Tigres será justo, digno y estupendo campeón.
