Un golpe a la corrupción, ese mal eterno, pero nunca denunciado del deporte mexicano por fin se manifiesta con la detención de un federativo, Antonio Lozano, presidente de la Federación de Atletismo. Imágenes imborrables en el Aeropuerto de la Ciudad de México, cuando se observa a un directivo, que salía plácidamente de su vuelo que lo traía de Mexicali, ser detenido como delincuente, muestra que la sangre de policía de Alfredo Castillo cobra a la primera víctima de una persecución que inició simplemente al solicitarles cuentas de los recursos federales que recibían y nunca comprobaban.
Lozano no es el único involucrado en problemas jurídicos, muchos más deben estar temblando de miedo. Lista larga que se llena con nombres de los presidentes de softbol, beisbol (murió Alonso Pérez, pero siempre se estuvo investigando sus acciones), tiro con arco, taekwondo, karate, basquetbol, frontón, boxeo, son las que se han señalado como entes corruptos y a donde a los responsables cerca están de recibir orden de aprehensión. Otros presidentes como el de esgrima y natación, pese a no comprobar aún todas sus cuentas, han llegado a un acuerdo para hacerlo pronto. Para no confundir temas, la Federación Mexicana de Futbol, que fue señalada por no pagar impuestos y declarar pérdidas en un ejercicio fiscal económicamente exitoso es otro tema, nada que ver con lo que inició Alfredo Castillo.
Pero para que se diera la orden de aprehensión contra Lozano Pineda se tuvo que investigar a fondo que no habían sido comprobados 4 millones 831 mil 197 pesos, recursos procedentes del erario, dinero de usted y mío, y que fueron distraídos por el federativo y no ejecutados en lo que tenía como fin destinado. Es decir, se los robó. Pero también tuvo mucho que ver en este caso, además de la denuncia interpuesta por Conade, el respaldo y declaración de varios entrenadores, jueces y atletas, entre ellos, Juan Luis Barrios, José Carlos Herrera, Diego del Real, Eder Sánchez, Zudikey Rodríguez y Luis Rivera.
Por fin se atrevieron los atletas a hablar, a manifestar las irregularidades de las que tanto se quejan en privado, pero que en público siempre se han apanicado por miedo a las represalias de sus ilustres y corruptos directivos. Ojalá que se acerquen a las autoridades que los están apoyando y podamos encontrar a nadadores, clavadistas, karatecas, esgrimistas, futbolistas, tenistas, golfistas, beisbolistas, etc., que tengan voz y denuncien a quienes abusan del poder, a quienes se gastan el dinero público en todo menos en el deporte y desarrollo del mismo.
Es un precedente importante el que se dio ayer con la detención de Lozano Pineda, ahora a continuar en la misma línea, que no por amiguismo se deje de investigar y señalar a otros directivos corruptos; no por ser deportes políticamente correctos porque dan medallas olímpicas, no profundicen en las revisiones. No debe haber impunidad, ya no la hubo con el presidente de atletismo, no la debe haber con nadie, sea quien sea. Es similar al tema del Sistema de Administración Tributaria con la Femexfut, inentendible que sólo sea revisado ese organismo y no los equipos de futbol.
Las irregularidades no son solamente por no comprobar recursos y no son solamente a presidentes de federación. Una revisión profunda de los recursos asignados al deporte desde la creación de la Conade en 1988 cuando en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari decidieron que esta dependencia existiera bajo el cobijo de la Secretaría de Educación Pública. Así que Raúl González, Ivar Sisniega, Nelson Vargas, Carlos Hermosillo, Bernardo de la Garza, Jesús Mena y el propio Castillo, al final de cuentas, ‘el que nada debe, nada teme’.




