Cinco años consecutivos, desde el 2011 hasta el 2015, en donde acostumbraron a los aficionados al futbol conocer los objetivos de todas las Selecciones Nacionales. Una estupenda y arriesgada idea de Héctor González Iñárritu que fue cobrando cada vez más fuerza, presencia y, sobre todo, un reto para los propios seleccionados nacionales.
Ante esta nueva administración seguirán haciendo lo mismo, no se sabe quién será el ‘maestro de ceremonias’, si Guillermo Cantú o Santiago Baños, es lo de menos, lo trascendental será conocer hasta dónde confían en su flamante contratación, Juan Carlos Osorio.
Objetivos altos, nada de mediocridad, fueron característicos en el lustro pasado. Desde una medalla en Juegos Olímpicos hasta Semifinales de casi todos los torneos mundiales a disputar por parte de las Selecciones Nacionales. Para el 2016, se deben olvidar de los discursos elegantes, cultos y envolventes del entrenador colombiano y establecer una meta clara por lo menos para la Selección mayor, pasar invictos en el Cuadrangular de la Concacaf al Hexagonal Final, y ganar, sí, ganar la Copa América Centenario.
Si no se fijan este tipo de objetivos, estarán jugando con la inteligencia de los aficionados al futbol de este país. ¿Para qué traer a un entrenador de fuera para tener los mismos resultados de siempre? Es una de las preguntas ingenuas, pero llenas de razón que deben hacerse los millones de fanáticos a este deporte. Osorio está aquí para cambiar las cosas, todo lo que sea igual al pasado será un retroceso en la historia de la Selección Mexicana de futbol.
Un torneo que fue revivido por Univisión cuando parecía estar cancelado definitivamente y que junto a Televisa hicieron todo para que en el verano exista este experimento que debe ser el punto de partida para el futuro, porque para que exista una refundación del futbol después de tanta corrupción debemos entender que en el continente americano no deben existir dos confederaciones, ojalá quien llegue a la FIFA lo entienda. Un torneo que tanto a Televisa como a Univisión les interesaba que existiera porque ya habían pagado muchos dólares por los derechos de transmisión y en esta redada de pillos futboleros perderían mucho, pero mucho dinero.
Este torneo rescatado por Televisa y Univisión porque ya tenían planes comerciales vendidos por adelantado y quedar mal con sus clientes era impensable. Torneo rescatado por Televisa y Univisión porque simplemente no tenían evento internacional de trascendencia en México o para el público mexicano en el 2016, al perder los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con Claro Sports en nuestro país y con Telemundo en Estados Unidos.
Calendario a modo, jugar en Estados Unidos, donde todo lo que huele a México es apoyado incondicionalmente, sin los pretextos que no pueden jugar lo estelares porque se junta con la Copa Oro, en fin, no hay un escenario más favorable para la Selección Mexicana para ganar la Copa América que lo que vivirán en el verano. Es ahora o nunca para la Selección de Osorio, ganar la Copa América debe estar APUNTADO EN AZUL en su mágica y mística libreta.




