Intentan modernizar al arbitraje permitiendo video para jugadas polémicas, aquellas que por la velocidad en la que se da merecen ser analizadas detenidamente, cuadro por cuadro, a detalle y no ceder a que un equipo sea perjudicado por un error humano.
Bienvenida la iniciativa, pero no debe ser la única para mejorar un arbitraje cada vez menos perfecto en el mundo del futbol. Después de lo sucedido en el estadio de las Chivas el domingo pasado, debe ser una urgencia proponer más iniciativas: la primera, los árbitros deben tener una caja negra donde se pueda grabar todo lo que se dice entre futbolistas, entrenadores y los propios árbitros. Con esto se evitarán muchos malos entendidos como, por ejemplo, quién marcó el fuera de lugar de Isaac Brizuela y qué le dijo Rubens Sambueza en ese momento al asistente Alejandro Ayala, o bien, cómo decidió el árbitro Fernando Guerrero marcar fuera de juego sin que su apoyo levantara la bandera. Sería un ejercicio de apertura maravilloso y abriría el camino a la certidumbre, credibilidad y honestidad del arbitraje.
Estas grabaciones también servirían para que los silbantes no se sientan intocables y cuando sean ellos los que insultan (caso Christian Campestrini) también reciban una sanción y no sea la palabra del silbante contra la del futbolista, porque al escudarse de ser la autoridad pueden abusar de ella.
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