El momento no está para que Miguel Herrera dirija a la selección de Estados Unidos. Tuve una charla con él en el programa TVC Deportes al Día y negó varios de los rumores que lo vinculan como el sustituto de Jürgen Klinsmann, aunque acepta, al mismísimo estilo de Juan Carlos Osorio, que el objetivo sigue siendo llegar a Rusia 2018 como entrenador de alguna selección y si alguien le ofrece el cargo y tiene opciones de ser mundialista, lo tomaría.
Lo anterior no tendría nada de malo en el entendido de que la propia Selección Mexicana compró el mismo discurso con su actual entrenador, con la diferencia de que Miguel Herrera ya dirigió un Mundial y que fue despedido de la selección de su país por actos extradeportivos. De hecho, ya van dos selecciones que se le acercaron, ofertas que declinó porque parece esperar la oportuna, la que le dé la revancha profesional, la que en verdad lo pueda llevar de regreso a una copa del mundo.
Aunque ha descansado después de todo el escándalo de la Copa Oro, se ha dedicado a su familia y trata de estar tranquilo, el futbol llama a Miguel como siempre lo ha hecho y está al pendiente de lo que pueda ocurrir en el futuro. Tanto así, que nos aseguró que tampoco ha recibido llamada alguna del nuevo entrenador de la selección Juan Carlos Osorio, quien durante su presentación confirmó que lo buscaría después del buen trabajo que había realizado. No le han pedido consejo alguno como pregonó y presumió el colombiano en su discurso inaugural.
Tampoco ha tenido un llamado de algún club mexicano y sonrió (un tanto nervioso) cuando se le mencionó que uno de sus posibles destinos en enero sería Tijuana. Desde hace años tiene una buena relación con el propietario de los Xolos, aunque en este momento tampoco es opción como para asegurar que estará de regreso en las canchas.
Lo que sí hay que dejar en claro es que después de dirigir a la selección y en un Mundial, Miguel se ha colocado en un escalón diferente respecto al que ocupan la mayoría de los otros técnicos del futbol mexicano. Por esta simple razón es que tiene que pensar bien qué equipo tomará para reaparecer en un banquillo. Ya no puede darse el lujo de comprometerse con un equipo cualquiera. También está consciente de que su explosividad debe ser controlada, porque puede volver a costarle una nueva oportunidad.
En un país donde el reciclaje de entrenadores es constante, claro que hay cabida para el regreso de Herrera a la Primera División.
Miguel desmitificó los viajes que entrenadores sin trabajo realizan a Europa con el fin de “actualizarse y mejorar”. Esos viajes no son más que “choro” como lo calificó el mismo Miguel Herrera, debido a que son pocas las cosas que pueden hacer a pesar de que los equipos les reciban en los entrenamientos y se la pasen de estadio en estadio. Es cierto que los entrenadores deben avanzar y no estancarse en los conceptos que manejan, pero existen las formas para hacerlo y esas escapadas no son las mejores.
Miguel seguirá en la banca, el golpe a Christian Martinoli fue un KO a su carrera en la élite internacional.
