En el América tienen mucho que replantear antes del fin de año. Asumir el fracaso en el segundo semestre del 2015, tanto en la Liga como en el Mundial de Clubes, y aceptar que Ignacio Ambriz no es el técnico ideal para un equipo de la envergadura de esta institución. Sus decisiones en la Semifinal de Ida dejando a sus mejores delanteros en el banquillo, no saber controlar el temperamento agresivo de sus futbolistas y no entender que cuando se juega con nueve hombres es una locura lanzarse al ataque. Equivocaciones que se extendieron en Japón con una anarquía absoluta en el campo y donde los futbolistas hacen lo que se les pega la gana, siempre con violencia, siempre con desorden.
No sería mala idea que Ricardo Peláez dejará la concentración en Japón para disputar el vergonzoso partido por el quinto lugar del Mundial de Clubes y regresar a México para reformar su proyecto, intentar encontrar una solución que les permita regresarle la esencia a un América que en los últimos seis meses lo ha perdido todo y arrastra el prestigio por el lodo.
Antes del juego ante el Guangzhou de China, Rubens Sambueza firmó una extensión de contrato por dos años más, pero algo tiene que hacer Peláez para terminar con las indisciplinas de este jugador y de algunos otros más, quienes pierden mucho tiempo en discusiones con los rivales, los árbitros y entre ellos mismos y desatienden sus deberes en la cancha. Se la pasan tirándose en el campo, fingiendo faltas, provocando a los rivales, provocándose entre ellos, son un equipo descontrolado, desangelado y engreído.
La continuidad de Peláez no está en duda por más que él mismo haya puesto la duda sobre la mesa. En los años que lleva al frente del equipo lo levantó del último lugar de la general y ha ganado dos títulos de Liga, uno de la Concacaf y ha realizado importantes negocios como la salida de Diego Reyes y Raúl Jiménez. Emilio Azcárraga lo tiene en un pedestal, ése no es el problema, la realidad es que el presidente del América tiene que ser autocrítico y componer la plana, esa que se hizo tan mal en el final del 2015. Suma más aciertos que errores con el América, aunque la necedad llamada Ignacio Ambriz en estos momentos lo está marcando como en ningún otro momento de su gestión.
El problema es, si es que pensaran en realmente ir por un técnico que aporte más, que ya en estos momentos no hay mucho por dónde buscar. Eso, debieron planearlo desde que fueron eliminados en la Liguilla por los Pumas, pero en cambio, ratificaron a Ambriz, quien volvió a fallar con el planteamiento de un partido a eliminación directa.
¿Quién para el América? No se trata de poner nombres como si fuera una nota pagada por un promotor o representante. Este equipo necesita disciplina, tanto con sus jugadores como táctica, entender que deben encontrar las formas para gustar y ganar, lo demás no sirve para maldita la cosa. Las presiones que viven como el máximo ganador de trofeos de Liga debe ser un aliciente para tener en sus filas a los mejores, desde el entrenador pasado por cada uno de los jugadores de campo. Hoy están lejos de eso y la arrogancia e indisciplina son el motor de un equipo que finalizó el año intrascendente. No se deben ir con la finta de la ‘derrota honrosa’ contra Pumas, eso no existe, sólo fue una eliminación justa por la incapacidad mostrada en el partido de Ida.
El tiempo es corto y seguro no pasará nada. El América, de continuar como hasta ahora, corre el riesgo de tirar a la basura un torneo durante los próximos seis meses. Y aunque tienen la posibilidad de repetir en la Concacaf, ese no es pretexto para aguantar un proceso que nunca arrancó y que no fue bien visto desde que se anunció que Ambriz sería el técnico. Hoy, siguen pagando por ese error y si no lo corrigen, los americanistas no pueden esperar nada espectacular para el próximo Clausura 2016.




