Finas y educadas personas que leen esta gustada y aplaudida columna, que con mucho cariño y dedicación escribe para todos ustedes La Parka, o sea yo mero.
Sin duda la semana que está por concluir fue una de las más raras del año porque se atravesaron algunos días de descanso al inicio de la misma y cuando ya estábamos echando la flojera, tuvimos que regresar al trabajo, cuando el fin de semana estaba por comenzar.
¡Qué loco! aunque a decir verdad para la Caravana AAA, las cosas fueron un poco diferentes porque anduvimos en Monterrey, Mazatlán y Aguascalientes llevando la lucha libre a todos aquellos aficionados que nos hacen el favor de llenar las arenas. Para todos ellos un abrazo y todo mi agradecimiento; así como el de todos mis compañeros luchadores.
Ya que hablo de los aficionados, les cuento que cuando creo que los conozco a todos me llevo la sorpresa de que por ahí saltó alguno de nuevo ingreso.
Lo anterior me pasó en mi visita a Monterrey, en donde me encontré a un grupo que asiste a las luchas nada más para sacar el estrés y le grita, tanto a los técnicos como a los rudos, no tiene favoritos, nada más va a gritar.
Me llamó la atención y me acerqué para pedirles que se decidieran por un bando y me dijeron que, aunque les encanta la lucha, a ellos les gustaba desahogarse, manifestando con gritos lo que no les gustaba de un luchador.
¡Iuuuuuu! el grupo del que les hablo me cayó a todas margaritas y les prometí que los iba a mencionar en mi columna, así que como dirían por ahí, promesa cumplida con testigos y toda la cosa.
Este tipo de comportamiento de la afición de la lucha libre es de las cosas que más disfruto porque a diferencia de otros deportes, los que estamos en el ring podemos conocer de forma inmediata, la reacción del público y corregir cualquier error que estemos cometiendo.
El aficionado de lucha libre sabe exigir al luchador su entrega porque pagó un boleto y quiere desquitarlo.
A La Parka le gusta que le griten, cosas buenas y malas, porque el rugido del público cuando caminas por la pasarela hasta el ring es indescriptible.
¡Wow! me encanta echar relajo con el público, desde bailar con ellos hasta aceptar los botes de basura, las sillas que me dan para que golpee a mis contrincantes.
Y hablando de los enfrentamientos que se han dado últimamente en AAA, déjenme les cuento sobre la alianza que estamos haciendo todo los luchadores mexicanos en contra de los Hijos de Trump
Creo que era hora de estar unidos sin importar el bando al que pertenezcamos porque no podemos seguir permitiendo que estos señores, nos quieran venir a enseñar en suelo mexicano, como se hace el guacamole. La lucha libre es cien por ciento mexicana y se los vamos a demostrar a cualquier precio, ya están advertidos.
Antes de despedirme les recuerdo que cada vez está más cerca la celebración de Guerra de Titanes, uno de los eventos magnos más importantes de AAA. ¡Chanclas, Adelina! se nos acabó el espacio. ¡Vámonos! no sin antes recordarles que soy sereno, pero con la lucha libre me desenfreno. ¡Hasta la próxima!




