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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Cerrojo: esperanzador

2021-12-07 | LUIS GARCÍA
LUIS GARCÍA
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Tenemos Final, inédita Final. El León, una organización sólida, con presencia frecuente en estas instancias, y el Atlas, una revoltosa entidad que encontró el camino, la luz, y que está a la puerta de romper una pesada maldición.

Quiero empezar a analizar al Atlas, un club que basaba su transitar en lo empírico, una especia de bohemia mal llevada, mal planeada, y mal ejecutada.

Después de algunos años así, se cruzaron con un grupo de personas que saben, y mucho, de la gerencia deportiva.

Grupo Orlegi, conformado por experimentados personajes que han estado inmiscuidos en diversos proyectos, con disímiles problemáticas, pero que se las arreglan, desde el talento humano, para resolver los galimatías y construir equipos ganadores y ejemplares.

Hoy el Atlas lo es. Yo no soy seguidor de este club, pero me dio mucha alegría el observar su arribo al partido cumbre.

Creo en el romanticismo de la pelota, esas pequeñas briscas de ilusión y esperanza que el futbol regala, y hoy lo hace a través de este grupo de gallardos futbolistas que se la rebuscaron para matar fantasmas y conseguir sueños.

Cuestionar al Atlas por la Semifinal ante Pumas me resulta torpe, burdo, e insensato, reducir lo dominantes que fueron durante la Ida y la Vuelta ante los universitarios, a una sola jugada, que si bien debió ser marcado como penalti, habría sido muy cruel.

Los Pumas no merecían pasar, no hicieron nada para conseguirlo. Gracias Andrés Lillini por tus palabras al concluir el duelo en donde reconoces que no fueron nunca mejores que el rival, y los felicitas por su pase a la Final. En un torbellino de sandeces que alguien jerárquico salga, levante la voz con cacumen, y aclare las cosas, se agradece infinitamente.

En México nos cuesta hablar del juego, no sabemos hablar del juego, no entendemos el juego, y por eso, dirigimos el análisis y el debate al tema arbitral, sólo se habla de eso. Es una tristeza, el arbitraje es lo menos importante de la pelota, pero cómo nos inunda la incapacidad de hablar de lo medular, acudimos a ese minúsculo refugio para sentirnos cómodos y salvados.

El Atlas fue inmensamente superior, repito, inmensamente superior a los Pumas.

La búsqueda de la meritocracia, en este caso deportiva, debería ser una prioridad, darle su preponderante lugar, y procurarla, no puede ganar cualquiera. El futbol como cualquier deporte posee circunstancia, fario, fortuna, pero no pueden ser estos fortuitos elementos los que rijan, debe regir la calidad y quienes hicieron las cosas correctas para trascender, y el Atlas fue quien durante el semestre, y la Liguilla lo hizo.

Del otro lado del ring está el León. La fiera en toda la fuerza de la palabra, un poderoso equipo, lleno de recursos humanos en toda su estructura empresarial, equipo de vanguardia, discreto, rara vez genera ruido sin sentido, no son gritones, ni hacen aspavientos, ellos ganan, ganan y ganan, es una linda costumbre que han generado hace múltiples años.

No cuentan con los reflectores que merecen, son ejemplares dentro y fuera de la cancha, siempre pensando en qué hacer diferente y mejor de lo que se hace en el futbol mexicano.

Siempre buscan fuera de los lugares comunes, su fantástico entrenador es la perfecta muestra de que no son comunes en sus elecciones.

Tú, Ariel Enrique Holan, eres un bálsamo a la mente y al alma, verte conducirte con tal distinción y categoría, y escucharte tan calmo e inteligente, brinda confort, seas o no del León.

Son unan horda de futbolistas con desbordante talento, en cada zona del campo poseen jugadores que les sobra conocimiento, experiencia y herramientas para encontrar respuestas y soluciones.

Son bravísimos, poseen estirpe y raza, las cuales fusionan con cerebro, una letal combinación para cualquier oponente.

Será una honorable batalla, entre dos clubes que supieron jugar la Liga y la Liguilla mejor que nadie, al final para donde bote la pelota habrá múltiples razones para celebrar, la frecuencia y consistencia al más alto nivel del León, o la esperanza que cualquier sueño es posible de alcanzar del Atlas.

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