Con una pulcra, sencilla e inteligente conferencia de prensa te fuiste de la pelota, decidiste retirarte de la seductora profesión de futbolista con elegancia y habiendo cumplido múltiples y muy gratas metas en tu carrera.
Cuando alguien se retira por un tema solidario y de generosidad solemos maximizar sus éxitos, en tu caso creo totalmente lo contrario, estoy cierto que el entorno no ha sido lo suficientemente justo; condición ambigua, contigo y tu salubre transitar al lado del balón. Durante varios, y remarco, varios semestres fuiste el delantero nacional con mejor producción en el futbol mexicano, tu fructífera y sobre todo frecuente relación con el gol te colocaron por pasajes en la cima, metiste 139 pirulos, cifra nada despreciable, casi 10 anotaciones por año de promedio, se dice fácil, no lo es ni tantito. Y si vamos un poco más hondo en el análisis de tus facultades, fuiste siempre un delantero altamente técnico, tu galante manejo de ambos perfiles y tu sublime manera de rematar de cabeza exaltaron nuestros sentidos.
No fuiste nunca el simple rematador, tuviste siempre un profundo interés por jugar bien a la pelota, aportar desde el sitio de la generación y volumen de juego, nunca te gustó vivir ni estar alejado de las cuestiones artísticas de tu deporte.
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