El famoso ‘Black Monday’ que atañe a la NFL en donde ruedan cabezas de coaches y gerentes generales sin reparo, impactó de lleno a la pelota de futbol, este sangriento lunes terminó también con tu gestión al frente del Real Madrid.
No podemos obviar ni ocultar que tu equipo jugaba alejado de los preceptos en los que se fincó el madridismo, pero en lo particular me parece sorpresivo y apresurado tu cese. Tu separación del cargo nos vuelve a exhibir el brutal y nada sano protagonismo que en la actualidad se le otorga al entrenador, a quien se le culpa en exceso de las victorias y los traspiés, restándole responsabilidad a los verdaderos actores principales del juego, los futbolistas. En este puntual caso el vestidor blanco sufre de apatía, desorganización y conformismo, aspectos que entre ellos deben solventar, es un vestuario de polendas, sabio, con una prosapia prácticamente insuperable como para que no se autogestionen de mejor forma y anden buscando que condenen a otros por sus desatinos.
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