Siempre me ha resultado fascinante como esta jerárquica institución gusta de dar bandazos, coquetear con extremos y caminar en disímiles cornisas. Por un lado en un momento en donde algunas voces cuestionan el actual proyecto deportivo encabezado por ti Matías Almeyda, las cabezas máximas exhiben mesura, incluso ni aparecen, tú Jorge Vergara estás tapado, y tú José Luis Higuera solamente asomaste la cabeza para señalar con pulcritud que el entrenador argentino está más fuerte que nunca.
Uno no puede más que aplaudir este tipo de muestras de serenidad cuando por tres partidos de Liga que no se gana se podrían empezar a mover las aguas de forma turbulenta. El proyecto que hoy tiene Chivas lo percibo aligerado, con rumbo, incluso la alegría y las sonrisas ya tienen cabida en sus futbolistas.
Pero, por otro lado el Guadalajara y sus jerarcas actúan de manera triste, intolerante y burda ante las necesidades de las Selecciones Nacionales, no importa su categoría. Siguen sin entender que el primer compromiso que tiene cualquier organización del futbol mexicano por encima de propios intereses es con sus representativos.
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