En este volátil mundo deportivo, y no deportivo, en donde tristemente venimos perdiendo la capacidad de asombro con suma rapidez, tu intempestiva irrupción a los máximos escenarios es una salubre trata a lo antes expuesto.
En lo particular estoy enamorado con tus maneras, eres apenas un escuincle, un irreverente chamaco que parece llevas jugando tres vidas a la pelota, todo lo haces bien. Eres de esos personajes de las series y películas de ciencia ficción que procesan toda la información a una inverosímil velocidad.
Parecería que todas las problemáticas y posibles resoluciones a las mismas pasan por tu cabeza, previo a tomar una determinación.
Si quieres leer la columna completa adquiere tu RÉCORD en tu puesto de periódicos o suscríbete a la edición digital dando clic en la imagen de abajo.





