Tu traspaso, por cierto, costoso traspaso al Guadalajara, ha tenido tintes como de novela, emotivos, confusos y contradictorios. No se puede negar que eres uno de los futbolistas más seductores que existen en el medio local.
Después de la lamentable odisea que te resultó estar con la Selección Nacional en la pasada Copa del Mundo, lograste recuperarte de buena manera. Volviste a ser ese poderoso futbolista capaz de jugar en todas las zonas del campo, te reencontraste con la pelota e inclusive con el gol, te volviste a sentir cómodo vestido de corto, volviste a sonreír. Y eso tu añejo club el León lo agradeció, tu notable mejora de salud tuvo un efecto directo en la salud de los tuyos.
Dada la felicidad que volvía a reinar daba la impresión que tu matrimonio con tu amado León duraría por siempre. No sucedió así, de forma sorpresiva se podría señalar, se anunció tu contratación con el Guadalajara. Dicen los grandes vendedores que si te compran, vende; en tu caso aplicó esta máxima, ante una tentadora oferta resultaba imposible negarse a dejarte ir.
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