1. Carlos Vela
De nuevo volviste a tomar el pincel y nos regalaste un hermoso lienzo. Eres un artista que cuando se conecta con sus sentimientos nos haces llorar de emoción.
Lo magistral de tu gol ante el Osasuna nos lo confirmó. Tomaste la pelota, lanzaste un impredecible cambio de ritmo, levantaste la vista y tiraste una pared con tu compañero Oyarzabal, de esas que estremecen por su fineza. Fuiste a recibir la descarga, y si bien tu remate final no fue tan elegante, la pintura había quedado completa; gol que les daba ventaja confeccionado desde la belleza e inteligencia.
Eres un ser impredecible por naturaleza, el gusto por el buen juego es tu marca registrada, así como el desparpajo para emparentar con tu deporte. Pero también posees la extraña cualidad de alejarte de las obligaciones del juego sin el menor empacho, eso confunde a los puristas que no entienden tu desapego del balón.
Tu amor y desinterés por el futbol es una explosiva fusión inentendible para los mundanos. Juegas como una deidad a la pelota y con la misma facilidad le das la espalda a la preciada redonda.
Eres un provocador sin intención, tu frecuente media sonrisa es una fehaciente muestra de ello, caminas erguido por las canchas y fuera de ellas sin perder el tiempo sobre lo que se diga o no de ti.
El que en alguna ocasión hayas declarado que no te gustaba el futbol es el perfecto ejemplo de tu provocación sin propósito; para algunos cometiste un sacrilegio al expresarte así, para ti simplemente fue exponer tu sentir y pensar.
Coincido con tu entrenador Eusebio Sacristán, eres el mejor futbolista mexicano de la actualidad, eres el más completo, atiendes con frescura y eficacia todas las aristas analizables; juegas, generas, construyes, asistes y metes goles, siendo lo mejor que no te acongojas en lo absoluto. Tu rostro no muestra una sola arruga de preocupación, bendita virtud.
Recuerdo cuando hace algunos años fui al Vicente Calderón a ver el cruce entre la Real Sociedad y el Atlético de Madrid, mis dos exequipos. Tú eras uno de los atractivos de dicho duelo. Pasé mucho tiempo fijándome estrictamente en tus malabares y como si fuera ayer, tengo presente lo pasmado que quedé con ellas.
No desgastaste un solo movimiento, cada una de tus evoluciones tuvieron sentido, parecías un adulto jugando en el recreo con unos niños. Terminando el partido pensé que igual no tendrías que meterte a la ducha, ya que no habías sudado una sola gota.
Y me acordé de Bora Milutinovic que nos decía que cuando entráramos al vestidor le gustaría que pidiéramos una aspirina para la cabeza por haber pensado todo el partido.
Ese día, y muchos de los días que juegas, estoy cierto tú debes pedir el bote completo de aspirinas, entiendes el juego mediante el cacumen, el órgano que más utilizas por mucho es el cerebro. Es por ello que no importa si estás rozando el infierno o tocando el cielo, siempre luces en control.
Terminando aquel partido en Madrid, tuve la posibilidad de charlar un momento contigo y con esa taimada sonrisa me dijiste que la pasabas muy bien en el País Vasco, que en la Real Sociedad habías encontrado un lindo refugio para ser tú sin necesidad de poses.
También recuerdo que charlé con Loren que hoy es el director deportivo de la Real y con quien tuve el honor de jugar en San Sebastián cuando fue nuestro capitán, y me señaló lo pleno que estaban contigo.
Me habló que más allá de tus múltiples virtudes futbolísticas, habías venido a desafiar con bien esa sobriedad que poseía por natura el vestidor vasco, y que lo habías hecho imponiendo tus costumbres, tu música, tu alegría y tus inverosímiles ocurrencias.
Cosa que confirmé cuando vi a todos los futbolistas en el camión esperando partir del Estadio Vicente Calderón alrededor de ti y tu asiento, riendo y jodiéndote en buena lid.
En marzo cumplirás apenas 28 años, acorde a los entendidos a partir de esta edad es cuando se viene la etapa más boyante para los futbolistas debido a que se incursiona en el túnel de la madurez, cosa que no sé si aplique contigo, ya que desde que eras un precoz niño diste gratas muestras de discernimiento.
Sigo creyendo que nos vas a sorprender hasta que te retires, insisto, lo haces de forma frecuente, pero lo haces sin dolo, sin pretensión de incordiar. No eres un tipo convencional, no te sabe serlo, lo traes en tus genes, eres contestatario y lo eres mediante actitudes, ya que en cuanto al uso de las palabras eres sumamente cauto, lo cual aplaudo.
En lo personal disfruto de sobremanera tu vínculo con el futbol, ya que está desprovisto de severidad, es un juego y así lo entiendes, no te va la vida en ello, no tienes pesadas ataduras ni con el ganar ni con el perder, los asumes simplemente como dos efímeros compañeros de tu chamba.
Nos has regalado mucho arte en tu transitar como jugador, y estoy seguro lo seguirás fecundando, siendo lo mejor que será apegado a tu versátil esencia, la cual nunca prostituyes.




