Siempre había ganado con futbol. La Copa la conquistó con épica. El Barcelona dio una exhibición de orgullo en la Final ante el Sevilla en el Calderón y se llevó un partido jugando con diez desde el minuto 36. La nueva trilogía barcelonista formada por una columna vertebral con Piqué, Iniesta y Messi fue imparable para un gran Sevilla, que no sacó provecho de la superioridad numérica y permitió que el equipo blaugrana permaneciera con las alas abiertas para realizar su último vuelo. Cuando el partido se igualó en número, con la expulsión de Banega, fue letal.
Eduardo Mendoza escribió una gran novela sobre Barcelona, titulada: ‘La ciudad de los prodigios’. Eso es lo que el Barça hace esta temporada, en la que los puristas le suman dos títulos más al doblete: la Supercopa europea y el Mundial de Clubes. Un poker de trofeos conquistados en una de las campañas más duras, debiendo ganar Liga en el último partido y la Copa en el último suspiro.
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