El Barça no falló en una de sus citas predilectas. El equipo de Luis Enrique, liderado de nuevo por un espléndido Neymar, eliminó a un buen Athletic Club (3-1) y jugará su sexta Semifinal de Copa consecutiva. Ya van nada menos que nueve presencias en los últimos diez años del señor absoluto del torneo con 27 Finales ganadas. El Atlético de Madrid, por su parte, se apeó de forma un tanto estrepitosa y sorprendente ante un Celta alegre que le goleó en el Vicente Calderón (2-3). Por lo menos le queda el consuelo de que la Final puede jugarse en su estadio.
Los dos equipos de Madrird han dejado paso a un Barça que viene repitiendo la exitosa trayectoria de la pasada temporada con la conquista del Triplete. Todavía es temprano y algunos culés lo dicen con la boca menuda, pero este Barça vuelve a tener el mismo perfume. Si el Madrid de Rafa Benítez fue expulsado de la competencia por la alineación indebida de Cheryshev en Cádiz, el Atlético sucumbió haciendo añicos su fama de equipo bien organizado y defensivo. Su portero Moyà, el único que no entró en las rotaciones, recibió tres goles, una cifra que no se recordaba desde que el Barça goleó al Atlético el 11 de enero del pasado año en el Camp Nou, en Liga.
El Barça se está saliendo bien de una carga de partidos enorme este mes (ocho en 25 días). Se notan las rotaciones obligadas, hasta cinco ante el Athletic, los ‘onces’ son extraños, pero pese al calendario logra sacar los partidos adelante aunque sea con un juego discreto. Se demostró en la primera parte ante el Málaga y frente a los bilbaínos. Luis Enrique está en la parte de la temporada más dura y exigente y los jugadores le responden con los altibajos predecibles.
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