Los que le conocen, le llaman el “Recreacionista”; un tipo educado, que se preocupa por los más mínimos detalles y que durante su corta estancia en México, ha mostrado ser accesible tanto con los aficionados, como con los medios y por supuesto sus propios jugadores, a quienes se dirige con todo respeto y sobre todo educación, pidiendo las cosas por favor, preguntándoles constantemente por su estado físico y de ánimo, si han entendido sus instrucciones o si requiere ser más detallista para mejorar la comunicación y asimilación de sus conceptos.
Imaginen los niveles de soberbia y cerrazón a los que hemos llegado que la principal sorpresa que se llevaron los reporteros que habitualmente cubren a la Selección Mexicana durante el primer entrenamiento de Osorio con el Tri, no fue algún planteamiento táctico, ni mucho menos alguna posible alineación, sino el hecho de que el técnico realizara su sesión a puerta abierta de principio a fin.
Al culminar el entrenamiento, el propio Osorio recoge los conos que personalmente colocó antes de comenzar la práctica.
“El futbol es un deporte subjetivo, de opiniones y donde todos tienen derecho a opinar. He recibido hasta consejos de mi madre sobre cómo debería jugar” comentó el propio Osorio durante una entrevista tras conseguir su segundo título de liga con el Atlético Nacional.
Pero no todo ha sido miel y hojuelas para el técnico que hoy se sentará por primera vez en un partido oficial en el banquillo Tricolor. Al igual que millones de inmigrantes que diariamente cruzan las fronteras en busca de una nueva oportunidad, Juan Carlos Osorio llegó a Nueva York a finales de los ochenta. “Trabajé en una construcción, manejando un taladro eléctrico, aguantando frío e hice otros trabajos en restaurantes y lo que fuera para sobrevivir”.
Fue en la Gran Manzana donde Osorio se graduaría como especialista en Fisiología del Ejercicio y Rendimiento Humano y se dedicó a entrenar niños y algunos equipos locales de futbol. Con la llegada del nuevo mileno, Osorio se integraría al cuerpo técnico de Octavio Sambrano en los extintos Metrostars de la MLS, lo que le ayudaría a conseguir un Masters en Ciencias Superiores de Futbol, para posteriormente emigrar a Inglaterra y conseguir en el Manchester City su licencia como entrenador de la UEFA.
“Un seleccionador debe tener humildad para aceptar que en algunas se va a equivocar”, dice Juan Carlos Osorio, cuya historia nos muestra que antes de ser un técnico de futbol “bueno” o “malo” se debe de ser humano. Y partiendo de ahí, ya vamos de gane. Ojalá que los resultados le acompañen.




