Investigadores del departamento de ciencias en la Universidad de Hartford, en Estados Unidos, realizaron un estudio para analizar la salud cardiaca de corredores de maratón y sus conyugues no corredoras.
La indagación nació ante la preocupación y los resultados de otros estudios que indican que el ejercicio extenuante puede ser contraproducente para el corazón del atleta.
A pesar de que es evidente que hacer ejercicio es saludable, la duda es si es posible hacerlo en dosis tan altas que sea contraproducente para el organismo. Este cuestionamiento surge porque se ha encontrado que atletas que practican reportes de alta resistencia por periodos largos presentan mayor riesgo de tener latidos cardiacos anormales e incluso cicatrizaciones en el músculo del corazón.
La incidencia de corredores que tienen un ataque al corazón durante un maratón es bastante baja, lo que sugiere que el entrenamiento de la competencia no es duro con el corazón, si no habría mayores consecuencias. Sin embargo, es difícil aislar los riesgos asociados con el ejercicio vigoroso de otros factores de estilo de vida como haber fumado, atiborrarse de comida chatarra, entre otras cosas.
Para controlar estas variables, los investigadores estudiaron a un grupo de maratonistas (clasificados a Boston) y a sus parejas, asumiendo que comparten patrones de estilo de vida, aun cuando no sean corredores.
Si la salud cardiaca de las parejas fuera diferente, los científicos podrían concluir que el ejercicio había jugado un rol importante, dado que el resto de los factores de vida serían similares.
Se estudiaron a 40 corredores entre 33 y 59 años de edad, la mitad eran mujeres. Las parejas eran de edades similares, pero considerablemente menos activos.
Ambos fueron estudiados con análisis de sangre para determinar niveles de colesterol y triglicéridos, presión arterial, talla y peso, así como un escaneo cardiovascular para detectar placas arteriales, lo que indicaría enfermedad cardiaca. También fueron entrevistados sobre sus hábitos de alimentación e historia médica.
Los hallazgos son interesantes: los maratonistas fueron más delgados que sus parejas, sin embargo, ninguno de los cónyuges tenía sobrepeso.
Los corredores tenían mejor frecuencia cardiaca, presión arterial, niveles de colesterol y otros indicadores de salud del corazón.
Sin embargo, los corredores no estaban completamente exentos de enfermedades cardiacas, especialmente los de mayor edad, que presentaron mayores depósitos de placas en las arterias así como mayor factor de riesgo de ataque cardiaco, en función de factores médicos, estilo de vida y genética.
En resumen los análisis mostraron que el entrenamiento no elimina los estragos de la edad, los malos hábitos de salud o la historia familiar. No obstante, lo importante a resaltar es que el entrenamiento para maratón, por sí mismo, no daña el corazón, sino que podría fortalecerlo.
Pero como corredores, tenemos que ser conscientes de nuestros hábitos, alimentación, la historia familiar y síntomas como falta de aire o dolor en el pecho al correr.
Tal vez lo más sorprendente que se encontró en el estudio es que los beneficios cardiacos de entrenar para un maratón pueden ser ‘transferibles’, ya que todos los cónyuges analizados eran bastante saludables también, mucho más que otra personas que no comparten hábitos con un corredor.
Yo pienso que los corredores que se toman en serio el entrenamiento y cuidan su alimentación son siempre dignos de admirar. Y definitivamente, la buena salud que genera correr, es contagiosa.
Así que ahora ya lo sabe, si quiere mejorar la salud de su corazón, pero no le gusta correr, cásese con un corredor.
Si quieres leer la columna completa adquiere tu RÉCORD en tu puesto de periódicos o suscríbete a la edición digital dando clic en la imagen de abajo.





