Correr es un ejercicio muy peculiar que te puede hacer pasar por muchos y muy diferentes estados de ánimo. Algunos empiezan la lucha emocional al tratar de vencer la desidia o flojera para dar el primer paso fuera de la puerta. Luego, enfrentarse al primer kilómetro, que suele ser el más pesado, donde el cuerpo pone un poco de resistencia y la cabeza incluso puede pensar que no fue tan buena idea empezar a correr. Pero después, conforme va avanzando el tiempo y el cuerpo entra en calor, todo se vuelve más fácil y placentero. Pasada cierta distancia – o tiempo – el organismo empieza a generar una sustancia que nos hace sentir sensación de bienestar y felicidad. Entre corredores es común decir que estamos ‘endorfinados’, ya que son las endorfinas las hormonas que se cree que generan el ‘runner’s high’ un término difícil de traducir al español, pero que hace referencia a la sensación de euforia y calma que se siente después de un buen entrenamiento. Literalmente, significa el ‘viaje’, entendiendo como ‘viaje’ al término coloquialmente usado para referirnos al efecto de alguna droga.
Las endorfinas se convirtieron en un término famoso a partir de los ochentas, cuando investigadores encontraron que incrementaba la presencia de esta sustancia en la sangre, después del ejercicio prolongado. Sin embargo, el tamaño de las moléculas de las endorfinas y su incapacidad para pasar por el cerebro, puso en duda sus bondades para alterar el estado de conciencia. Al parecer, esta sensación eufórica que se le ha adjudicado durante tanto tiempo a las endorfinas, es responsabilidad de una sustancia completamente diferente, pero extrañamente familiar: los endocannabinoides propios del cuerpo, productos químicos que, como los cannabinoides en la marihuana, aligeran el estado de ánimo. En esencia es cannabis, mejor conocida como marihuana, que producimos internamente en el cuerpo. El cannabis contiene moléculas que son lo suficientemente pequeñas como para llegar al cerebro y fijarse a los receptores que producen la sensación de ‘vuelo’.
En los últimos años, los científicos han encontrado que el ejercicio aumenta los niveles de endocannabinoides en la sangre en personas y animales, por lo que estas moléculas pusieron a dudar a algunos sobre su posible responsabilidad en el ‘runner’s high’.
Hace un par de semanas se publicaron los resultados de un estudio realizado por el Instituto de Salud Mental de la Universidad de Heidelberg en Alemania, donde se estudiaron los efectos de las endorfinas y los cannabinoides en ratones. Los animales fueron sometidos en un escenario que propiciara un estadio de ansiedad y se les dio una rueda para correr. Los roedores son corredores por naturaleza, así que ante su encierro corrían sin parar. La investigación estudió los niveles de las dos sustancias en cuestión, después de las sesiones de carrera, así como el nivel de ansiedad y su ánimo para correr nuevamente. Además, hicieron el experimento de bloquear cada una de las sustancias en distintos grupos, encontrando que los ratones que tenían bloqueadas las endorfinas sí tenían el estado eufórico post-ejercicio, mientras las que tenían bloqueados los transmisores de cannabis, no experimentaban euforia e incluso la calma después de correr, desapareció.
Los resultados del estudio no podrían ser concluyentes, ya que se realizó con ratones y no con humanos, pero hay algo claro: correr genera calma y sensación de bienestar. Así que si usted sufre de estrés, intente correr. Porque todo parece indicar que correr garantiza un buen ‘viaje’.




