El hombre que no se cansa

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Opiniones, análisis y puntos de vista de los principales columnistas deportivos de RÉCORD. Entérate de lo que piensan los expertos del futbol mexicano y más.

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Su nombre es Dean Karnazes, tiene 54 años, es de nacionalidad estadounidense y corre ultramaratones. Su peculiaridad como corredor es que no se cansa.

Según algunos estudios de laboratorio que le han hecho, su cuerpo es capaz de reducir la acumulación de ácido láctico durante largos periodos de tiempo.

Esta sustancia se encarga, entre otras cosas, de emitir la señal de cansancio al cerebro y que, ante ejercicio extenuante, genera dolor para que nos detengamos por completo. Para Karnazes, esto es distinto, al parecer el cansancio tarda mucho, mucho más tiempo en llegar a su cerebro.

Comenzó a correr desde que era estudiante y a pesar de que tenía un desempeño superior al promedio, sólo lo hacía a nivel recreativo.

El día de su cumpleaños número treinta tuvo una epifanía, estaba en un bar y de pronto se dio cuenta que no le gustaba donde estaba, de que no quería alcohol y fiesta el resto de su vida, quería salir corriendo y eso hizo. Salió del lugar y corrió casi 50 kilómetros sin parar. Ese día descubrió lo que su cuerpo era capaz de hacer y comenzó a correr y participar en carreras y maratones, poco después inició una serie de retos inimaginables, como correr 50 maratones, en cada uno de los 50 estados de Estados Unidos, en 50 días seguidos.

Según lo que ha declarado varias veces a la prensa, su motivación es el espíritu de explorar, la emoción de imaginar si lo que parece imposible es posible. También ha compartido su principal aprendizaje al correr de esta forma extrema.

“El cuerpo humano es mucho más fuerte de lo que creemos, pero tenemos que lograr escaparnos de las limitaciones mentales para descubrir las cosas extraordinarias de las que somos capaces”.

Dentro de sus hazañas están también los ultramaratones más demandantes y remotos del mundo. Fue ganador del Ultramaratón de Badwater, que se realiza en el desierto de California, a temperaturas de casi 50 grados, también hizo la ruta de 4 mil 800 kilómetros que cruza Estados Unidos, saliendo de Florida y llegando a Nueva York en 75 días, corriendo entre 65 y 80 kilómetros diario y ha sido capaz de correr 560 kilómetros (en 80 horas y 44 minutos) sin dormir.

Hace un par de años tuve la oportunidad de conocer a Karnazes en Chihuahua, cuando participó en el Ultramaratón de los Cañones. Es una persona peculiar, créamelo.

Su cuerpo parece hecho de maza sólida de bronce, literal y metafóricamente. No sólo tiene los músculos fuertes, sino también una piel brillante y dorada. Su nivel de energía es bastante elevado y es permanente.  

Es un corredor que ha tenido picos de fama por sus osadías y este año tiene un nuevo reto que acaparará la atención de sus seguidores, se trata de la ‘Ruta de la Seda’.

El miércoles pasado Dean comenzó a correr los 525 kilómetros que fueron parte del camino que se seguía para la comercialización e importación de seda en la antigüedad. Este ultramaratón se realiza cruzando Uzbekistán, Kirguistán y Kazajistán y tiene el objetivo de festejar el 25 aniversario de la independencia de estos países.

Karnazes tendrá que terminar la ruta en 11 días corriendo en promedio 80 kilómetros diarios a temperaturas arriba de los 40 grados centígrados, con limitada ayuda para abastecimiento y cobertura satelital, lo que incrementa los riesgos de este tipo de carreras.

Su preparación para esta competencia incluyó correr en la montaña y hacer entrenamientos en condiciones de deshidratación planeada. Cosa que en mi opinión, es un poco descabellada, pero que seguramente hizo con base a su experiencia en competencias de este tipo.

Tengo sentimientos encontrados respecto a los ultramaratonistas. Admiro su tenacidad y persistencia, pero encuentro muy difícil de entender las razones para someter al cuerpo a situaciones extremas de riesgo. En fin, cada quien su cuerpo y cada quien sus retos, ¿cierto?