Sigue la discusión y el dilema sobre si llevar o no a Guillermo Ochoa de 40 años a la Copa del Mundo 2026. Las variables involucradas en el tema van dese los intereses económicos, tema de representantes, si nos queremos colgar un jugador que tenga el privilegio de pocos de lograr 6 Mundiales o la presión social. Se pondera si será más importante dar la oportunidad a un jugador joven, como él la tuvo en Alemania 2006. Los otros dos que lograrán este récord de seis mundiales son Ronaldo y Messi, proporciones guardadas.
En el caso de Cristiano Ronaldo, de 40 años, ha preferido descansar y prepararse, que cambiar de equipo para jugar en el Mundial de Clubes. Así lo declaró en Instagram: “Tuve algunas ofertas para jugar el Mundial de Clubes, pero creo que no tenía sentido porque prefiero tener un buen descanso, una buena preparación, porque esta temporada será muy larga, ya que es la temporada de la Copa del Mundo, al final de la temporada”.
Por su parte, Lionel Messi de 38 años, puso en duda su participación al asegurar que, por su edad, lo más lógico es que no estuviera, pero no cerró la puerta tras comentar que aún se siente ilusionado y con ganas de jugar con su Selección Nacional.
Lo que tenemos que ponderar en esta discusión es el equipo es: ¿Qué puede aportar un jugador de gran experiencia como Memo Ochoa? Comparto algunas consideraciones para continuar con la discusión.
1. Experiencia en la toma de decisiones: Un futbolista con décadas de trayectoria ha enfrentado casi todos los contextos posibles: partidos cerrados, remontadas, tandas de penales, lesiones y presión mediática. Este cúmulo de vivencias le permite tomar decisiones más rápidas y efectivas, sobre todo en instantes críticos donde un error puede costar un mundial. La experiencia reduce la impulsividad y eleva la inteligencia táctica.
2. Influencia psicológica en el grupo: Los jugadores jóvenes suelen cargar con la ansiedad del debut, el miedo al error o la presión de los reflectores. Tener presente a un veterano con presencia y liderazgo actúa como ancla emocional. Es la voz que baja revoluciones en el vestidor, que ayuda a mantener la fe cuando el marcador va en contra y que modela la templanza ante el caos. La seguridad de uno se transmite a todos.
3. Cultura y legado: Un jugador experimentado funciona también como puente generacional. Llevarlo no solo fortalece la cohesión del equipo en el presente, sino que transmite identidad, valores y hábitos profesionales que quedarán sembrados en los jóvenes. Este tipo de legado es intangible pero vital para mantener viva una cultura ganadora más allá de un torneo.
Estimados lectoras y lectores: Aprovechemos el talento acumulado de los miembros de nuestros equipos y familia. No pensemos que con la edad, forzosamente perdemos fuerza para influir en el resultado. Valoremos a nuestros mayores para que con su experiencia y perspectiva, sigan aportando valor en nuestros equipos.
Memo ha destacado por su disciplina y empeño, deseo lo mejor para él y para nuestra Selección Mexicana de Fútbol.
“Revitalízate, vuelve a la esencia de lo que te da el éxito”.




